Por: El Colombiano

El Colombiano es un grupo editorial multiplataforma con más de 110 años de existencia. Nació en la ciudad de Medellín en Antioquia. Fundado el 6 de febrero de 1912 por Francisco de Paula Pérez, se ha especializado en la investigación y generación de contenidos periodísticos para diferentes plataformas en las que provee a las audiencias de piezas mult...

Este artículo fue curado por Santiago Buenaventura   Abr 11, 2024 - 4:12 pm
Visitar sitio

Era la noche del 31 de diciembre de 1994, cuando Nancy Mestre corrió hasta donde su papá, el señor Martín Mestre, para contarle que había pasado el examen de inglés, requisito para sus estudios de derecho internacional y diplomacia en Estados Unidos. La dicha desbordaba en el ambiente. Nancy quería celebrar, además del nuevo año, su logro académico. Por ello, pidió permiso para salir con su, entonces pretendiente, Jaime Saade. Martín accedió, pero con una condición. Nancy tenía que estar en casa a las 3 de la madrugada. “Me la cuida bien”, le dijo Martín a Saade y se fueron.

(Le puede interesar: Por huellas que dejó en vaso, cayó asesino de Nancy Mestre)

Eran las 6 de la mañana cuando don Martín se dio cuenta de que Nancy, su hija de 18 años, no había regresado. Angustiado salió a buscarla. La joven, de pelo claro y abundante, no acostumbraba amanecer fuera de casa, por eso la angustia. La buscó en discotecas y otros lugares donde creyó que podían estar, pero no la encontró. Decidió entonces ir a la casa de Jaime Saade, a quien le había encargado cuidar bien de su hija.

Le abrió la mamá de Jaime. Estaba trapeando el piso: “su hija tuvo un accidente y está en la Clínica del Caribe”, le dijo la señora sin más detalles.

Al llegar hasta donde tenían a Nancy, el papá de Jaime le dijo que su hija había intentado quitarse la vida y que los médicos trataban de salvarla. Martín no entendía nada. Luego recordó a la mamá de Saade con el trapeador en la mano: “Estaba oscuro y no me di cuenta en ese momento de que estaba pisando la sangre de mi propia hija. Y que la madre del asesino estaba violando la escena del crimen”, comentó Mestre a la BBC.

(Lea también: A Nancy Mestre la habría matado Jaime Saade porque lo vio en relación)

Ya en la clínica, al señor Mestre le informaron que su hija había llegado sin ropa, con signos de violencia, con arena y hojas en el cuerpo. A su hija le habían disparado en la cabeza y la habían abusado. Mientras todo eso ocurría, Jaime Saade huía lejos.

Nancy luchó durante nueve días. “Vimos que el corazón palpitaba muy lento y comenzamos a sobarle las manitos y a cantarle canciones de cuna. Nosotros la ayudamos a morir y a entregársela a Dios. Solo pensábamos: ¡Dios mío, recíbela!”, detalló don Martín, en entrevista con el diario El Tiempo.

La joven estudiante murió el 9 de enero. La acompañaban su papá, mamá y su hermano, Martin Jr.

En ese momento no solo vivían la desgracia por la muerte de su única niña, también cargaban con que el responsable se había volado. Don Martín no iba a esperar, emprendió una valiente cruzada para que el brutal asesinato de su Nancy no quedara impune, aunque eso le costara 30 años de su vida.

Lee También

Dos años después del asesinato, en 1996, la justicia colombiana condenó a Jaime Saade a 27 años de prisión, pero seguía prófugo, lo condenaron bajo la figura de reo ausente.

El papá de la joven, arquitecto de profesión e investigador por amor, se convirtió en el principal actor en la búsqueda del asesino, aunque años después terminó siendo el único. Se entregó en cuerpo y alma. Día y noche buscó, buscó y buscó. Él a Jaime Saade debía encontrarlo, se lo había prometido.

Tan hábil fue. Creó perfiles falsos en Facebook de dos mujeres y dos hombres. Con esos perfiles se ganó la confianza de familiares y cercanos de Saade. Años después y gracias a su persistencia, descubrió que el hombre estaba en Brasil. Ahora se llamaba: Henrique Dos Santos Abdala.

Mientras tanto, en los juzgados ya conocían a don Martín. Su insistencia fue clave para que la orden de captura contra Saade, pese a los años, se mantuviera vigente.

“En el juzgado fueron muy celosos de que la orden de captura se mantuviera vigente. Yo iba muy a menudo. Siempre pensaba que ellos dirían ‘ya vienen el viejo cansón este’, pero no, me colaboraban mucho, se condolían de un padre que sufría la muerte de su hija y querían que se hiciera justicia”, dijo en una entrevista a El País de España.

Los años pasaron, a Nancy muchos la olvidaron. Su papá nunca lo hizo. El año pasado recibió una de las noticias más esperanzadoras cuando fue notificado sobre la captura en Brasil del asesino. La esperanza, que nunca perdió, cogía nuevo aliento. Por fin se haría justicia.

Luego vino el trámite del Gobierno Nacional para solicitar la extradición del hombre, las condiciones de Brasil y los ires y venires en juzgados de Colombia. Don Martín esperó con calma, al cabo Saade ya estaba en una cárcel, esperar ahora se sentía esperanzador.

Este jueves 11 de abril, finalmente pasó. Jaime Saade fue extraditado a Colombia para pagar una pena de 24 años de cárcel por matar a su hija. El señor Mestre había cumplido y su tarea estaba hecha.

Un papá admirado y respetado. En redes sociales hablan de don Martín, su heroísmo, perseverancia, resiliencia y sobre todo amor por su familia son admirables. Dice él que ahora no sabe cómo vivirá sabiendo que ya no se levantará buscando al asesino de Nancy.

Lee todas las noticias de nación hoy aquí.