La situación se presentó en el municipio de Baranoa, en ese departamento, donde indagan en la funeraria por qué se presentó el intercambio de cadáveres, en plena pandemia por COVID-19.

“Le digo enseguida al muchacho: ‘¡Ese no es mi papá!’. Me dice enseguida: ‘claro, ese es su papá y ese es el que tiene que llevar’”, detalló en CM& Karina Sequeda, la mujer que recibió el cuerpo rotulado de su abuelo, don Manuel Sequeda Hernández.

Según ella, sintió desconfianza, pero la persona a cargo en la clínica insistió en que ese era el cuerpo de su familiar fallecido.

Ante esto, la mujer se llevó el cuerpo. Sin embargo, se resistió a sepultarlo sin antes verlo y corroborar que sí era don Manuel.

Enfermera muerta por coronavirus en Barranquilla

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“Cuando veo que no es mi papá, es un señor de edad, de aproximadamente 85 años. La persona tenía lunares en la cabeza, mi papá tenía dientes, el paciente no tenía”, afirmó.

Pero, ¿qué pasó con el familiar de Karina? Según CM&, el cuerpo iba a ser entregado a otra familia y tenía el rótulo de otra persona.

Este no es el primer caso de intercambio de cadáveres que se presenta en Atlántico en plena pandemia. En estos días se conoció la situación que viven los familiares de Marilyn Pérez, una profesional de la salud que falleció la semana pasada en la clínica El Prado, con comorbilidad de diabetes. No obstante, su familia no encuentra el cuerpo y cree que se lo entregaron a las personas equivocadas, informó Zona Cero.

El esposo de Pérez, Alberto Hernández, contó en el medio local que como no le daban razón del cadáver de su ser querido se fue para la morgue a verificar, y que de allí lo enviaron a la morgue de la UCI, a donde decidió ingresar para corroborar por sus propios medios.

Pero el hombre optó por fotografiar los cadáveres de dos hombres que estaban allí, a los que el medio identifica como Orlando Carrillo y Javier García, y gracias a que una de las víctimas era conocida de su familia una hermana de Hernández decidió ponerse en contacto con los dolientes.