Eso es lo que se desprende de la forma como publica el diario El País una entrevista que le hizo al cantante.

Claro que la introducción está adobada con datos sobre premios, discos y programas, pero es enfática en temas ‘duros’ como el de la paz.

Ese medio comienza destacando que Juanes tiene 45 años y que de todos los motivos que construyen su alegría en plena madurez, “aparte de la que le da su familia y su entorno, la paz en su país es, quizás, el más grande”.

Y es que para presentarlo, El País dibuja un ambiente terrible, pues dice que fue criado el Medellín de “los años de plomo impuestos por el narco. […] Eran los años en que se mezclaba el narco terrorismo con las batallas contra las guerrillas”.

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Metido en semejante contexto, Juanes empieza a dar pistas sobre sus preferencias políticas: “Aquello fue muy duro, muy duro. Pero estamos cambiando desde hace ya décadas y en las próximas elecciones debemos apostar por alguien que una y no divida”. Primer indicio.

Después, dice que Colombia ya “está muy aporreada” porque ha vivido mucho en la violencia. “Necesitamos personas que paren eso. El reto que tenemos es perdonarnos, lo necesitamos. Hay líderes muy jóvenes ahora, gente muy pila, con mucha cabeza, que lo pueden lograr”. Segundo indicio.

Al referirse a Medellín (y, seguramente, por extensión, a Colombia), elabora una figura para explicar el problema de violencia que aún vive Colombia. Ahí da el tercer y, tal vez, el más claro indicio de sus preferencias:

Seguimos teniendo el problema de la violencia. En lugar de un Pablo [Escobar], ahora existen cientos de pablitos. Pero también supimos levantarnos de la muerte y la violencia de manera muy especial. Lo que hizo Fajardo fue clave. Enseñarnos a entender la necesidad de reformar la conciencia y el lugar dónde vivimos. Respetarlo, cuidarlo. No puedes estar en tu casa y que ande hecha un desastre. Tienes que cuidarla desde dentro. Así se ha ido dando una transformación”.