Y es que resulta un testimonio que no ha pasado inadvertido en tiempos en que la violencia de género parece estar disparada. Lo dicho por esta persona no solo demuestra coraje, sino también un gran sentimiento de empatía y solidaridad con una persona en necesidad; algo no muy fácil de encontrar en la actualidad.

Todo habría sucedido este mismo viernes entre Santa Rosa de Cabal y Dosquebradas, en Risaralda, hacia las 7 de la noche. El hombre dijo que una mujer se subió al bus donde iba y justo reparó en el carnet que ella llevaba en el pecho, percatándose de que se llamaba Lina.

Esa misma mujer se bajó “en un sector no muy seguro”, donde se bajaron varias personas, prosigue el relato. Allí, él notó que había dos hombres que se hicieron señas para seguirla, y fue donde algo hizo la primera gran diferencia. Rendón dice que esta vez no pudo soslayar la situación, como dice que suele hacer y como quizá hacen muchas personas por desinterés o instinto de conservación.

“Hoy toda la imp0tencia de ver noticias sobre mujeres violadas, asesinadas, maltratadas, me dieron mucho valor para bajarme del bus, pagar sin esperar la devuelta y salir corriendo detrás de esos dos animales que iban a hacerle algo malo a Lina”, dice el joven, que también se identifica como estudiante de Ingeniería Agronómica.

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La mujer se dirigía hacia un punto en que estaba el cómplice del hombre que la seguía, y justo antes de que llegara a ese punto, el relator dice que ya comenzaban a intimidarla y a él solo se le ocurrió gritar su nombre, el que había visto en el carnet. Ella, en aparente desespero, no dudó en atender el llamado de otro desconocido que parecía saber su nombre, por lo que ambos corrieron a encontrarse.

Ella, cuenta él, estaba en shock y evidentemente nerviosa, por lo que fueron juntos a tomar algo y esperar después de llamar a la Policía. Las autoridades les habrían dicho que tienen identificados a los individuos, pero no se dieron más detalles al respecto.

Él también reconoce que pasó miedo, pero que le pudo más la indignación por la violencia que experimentan las mujeres recientemente, y sobre todo después de la violación de una niña en ese mismo departamento, presuntamente por parte de soldados.

Es por eso que él dice que quiso contar todo lo que sucedió para invitar a otras personas a reaccionar y ayudar: “Juntos podemos frenar esta violencia que cada día cobra vidas. No podemos seguir siendo cómplices de la violencia nunca más. Con un poco de valor y convicción podemos proteger más vidas”, invitó.

Su relato se convirtió en viral y muchas personas valoraron su gesto y lo aplaudieron: