Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Santiago Buenaventura   Abr 15, 2024 - 2:21 pm
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En Colombia se hizo legendario un joven llamado Nelson David Escorcia, porque a sus 24 años era tan hábil para imitar voces y tan audaz para mentir que terminó tumbando a los más encopetados personajes del país, haciéndoles creer que era la esposa del banquero Luis Carlos Sarmiento o la del también empresario Julio Mario Santodomingo.

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Sus víctimas, como si mencionar esos nombres fueran una llave maestra, de inmediato ofrecían ayudar al “sobrino” que, según les decían estas reconocidas damas por teléfono, estaba en problemas.

La historia viene a cuento por un caso que se está dando en Medellín: se parece en que hay personas que han denunciado a un personaje porque supuestamente los ha tumbado, y se parece también porque el implicado se cambió su apellido Restrepo, por Gilinski, y algunos de los afectados dicen que para ellos fue un engaño. La diferencia es que mientras a Escorcia lo condenaron varias veces por extorsión, en el caso del protagonista de esta historia, por ahora solo hay denuncias y él dice ser inocente.

Se llamaba Andrés Felipe Restrepo Coronado hasta el 28 de julio de 2022, fecha en la cual decidió cambiar de identidad ante el Estado. Fue denunciado por sus exsocios por orquestar una presunta conspiración para estafarlos con inversiones en oro, alquiler de carros y ventas de repuestos.

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Curiosamente, el implicado se cambió su apellido justo cuando los famosos empresarios, dueños de Semana, Yupi, Rimax y ahora Nutresa, se habían hecho populares en Medellín.

De acuerdo con su Registro Civil de Nacimiento (N° 98031462509), nació en Medellín el 14 de marzo de 1998, siendo hijo de Piedad Yaneth Coronado Álvarez y Pablo Alexánder Restrepo Gallego.

Según la Escritura Nº 2090 de la Notaría Séptima del Círculo de Medellín, el joven de 24 años en ese entonces, señaló “que aunque fue registrado con el nombre de Andrés Felipe, seguido de sus apellidos Restrepo Coronado, solicita suprimir su primer nombre Andrés y cambiar su primer apellido por Gilinski, y seguir figurando en su registro civil y todos sus documentos como Felipe Gilinski Coronado”.

El apellido es bastante inusual en nuestro país, y lo porta uno de los conglomerados corporativos más ricos: el grupo Gilinski, un clan familiar con raíces judías y lituanas, asentado en Cali, desde donde regenta compañías de alimentos, bancos y medios de comunicación.

Hace tres años se hicieron muy conocidos en Antioquia con la presentación de una Oferta Pública de Adquisición (OPA) en la Bolsa de Valores a finales de 2021, para meterse en las entrañas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA). Los Gilinski pasaron a ser el motivo de muchas conversaciones y ocuparon titulares de prensa, saltando a la fama en el entorno de Medellín. Incluso se quedaron con Nutresa, uno de los fortines corporativos del GEA.

En esa época de efervescencia del apellido Gilinski, Andrés Felipe Restrepo Coronado decidió cambiar su identidad. ¿Por qué lo hizo?

En conversación con EL COLOMBIANO, admitió que no tenía vínculos familiares con el famoso grupo económico, pero se negó a explicar por qué eligió ese apellido. “Es un tema tan personal que no quiero adentrarme en él”, dijo.

A esta redacción llegaron varias denuncias en su contra y al consultar en la Fiscalía se encontró que ya desataron investigaciones penales.

Una de las denunciantes, Vanessa Giraldo, recordó en la Fiscalía que “él empezó a contarme que le tocó cambiarse de nombre porque su papá le quería dar una herencia y que él era de los Gilinski, que el papá era muy adinerado y le quería dar una herencia porque estaba enfermo, que él y su mamá no querían aceptar eso, pero que supuestamente el papá había puesto una demanda y lo obligó a ponerse ese nombre”.

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Luz Bibiana Navarrete, otra de las supuestas embaucadas, relató en su entrevista con el ente acusador: “En agosto de 2022 y de manera sorpresiva sacó la contraseña de la cédula, donde se veía que el nombre era Felipe Gilinski. Yo le pregunté si era de los Gilinski que estaban comprando Nutresa, y él y Manuela (la cónyuge) afirmaron que sí. Felipe me dijo ‘ya por fin me reconocieron como hijo’”.

Andrés Felipe Giraldo, otro de los denunciantes, declaró: “Como el negocio me parece interesante, decido sentarme con este tipo, el cual se me presenta como Felipe Gilinski, hijo del empresario Jaime Gilinski, los dueños del grupo Nutresa y más negocios”.

En similar sentido expuso su situación Juan Manuel Gómez Grisales, un denunciante más. “(…) Para finalizar el encuentro, me comenta que las oportunidades de negocios van a aumentar próximamente, debido a que fue reconocido como hijo legítimo de Jaime Gilinski. Yo pregunto si es la familia que para el momento estaba comprando Nutresa, y Manuela y Felipe me dicen que sí”, contó al ente acusador.

Este diario le puso de presente esos señalamientos a Felipe Gilinski, quien se limitó a negarlos y a decir que no les había dado explicaciones de su cambio de identidad. Así entonces, si Felipe dice que no tiene vínculos con los Gilinski y sus denunciantes dicen que él sí se presentó como tal, todo indicaría que se podría tratar de una estafa que la Fiscalía tiene que seguir investigando.

¿Quién es el supuesto estafador que se habría puesto el apellido Gilinski?

Felipe Gilinski es padre de un niño de un año y de otro por nacer, que legalmente tendrán su nuevo apellido.

Se describe como un emprendedor, que en su corta edad ha creado varias empresas: una distribuidora de licores, una productora de videos y un alquiler de vehículos blindados, entre otras. Ha comerciado con relojes Rólex, camionetas y oro, pero su red de contactos comenzó a tambalear por incumplimientos de su parte en 2023, que derivaron en denuncias por el presunto delito de estafa ante la Dirección Seccional de Fiscalías de Medellín.

De acuerdo con los denunciantes, y con la hipótesis que evalúan los investigadores, Gilinski al parecer les planteaba diferentes propuestas de inversión a varias personas a la vez, y con el dinero que aportaban unos, les pagaba a los otros, haciendo circular la plata en una especie de burbuja financiera, hasta que se reventó y no pudo cumplir con los pagos pactados.

El castillo de naipes se derrumbó porque el negocio del oro se destempló y entre los socios empezó a rondar la idea de que él no era ningún heredero del grupo Gilinski.

Las que en principio fueron amistosas relaciones de negocios, terminaron en pleitos penales, pues los exsocios lo aventaron en la Fiscalía, y lo mismo hizo él, denunciando a varios de ellos por amenazas, estafa, constreñimiento y otras conductas.

Al utilizar herramientas OSINT sobre su lista de números de celular y correos, aparece que es un buen degustador de vinos. Tiene perfiles en Facebook de usuarios como Phillie Robbies, su negocio de joyas y relojes de alta gama. Posee dos celulares, un Iphone y un Xiaomi, que suele utilizar constantemente a los correos registrados con su apellido Gilinski y otros con Restrepo.

Sin embargo, entre los números que entrega hoy aparece que son utilizados por él desde su Iphone 13, a nombre de “Yirleidis M e Ivone”.

Se comunica por medio de un número privado, constantemente cambia de empresa operadora. Su número más reciente está en Movistar y los registrados en las denuncias de Fiscalía a nombre de Claro. El correo que más utiliza para sus cuentas privadas de PayPal es el más longevo, el que utilizaba en sus primeras empresas.

En este reportaje se documentaron los principales casos que componen esta trama de supuestos fraudes, con base en declaraciones judiciales, entrevistas y búsquedas en bases de datos.

En la conversación con este diario, Felipe Gilinski defendió su inocencia y se comprometió a pagarles a todos sus acreedores. Según sus cuentas, las deudas ascienden a cerca de $ 2.500 millones de pesos.

“Yo no quise entrar en ley de insolvencia ni declararme en quiebra. A todos les voy a dar la cara y les voy a responder”, aseveró.

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El caso de los blindados

Vanessa Giraldo Castillo, gerente de Motoseguridad, una empresa dedicada a prestar servicios de escolta y alquiler de vehículos blindados, le contó a la Fiscalía que fue contactada por Andrés Restrepo en junio de 2022. Se presentó como dueño de la firma Renting Blindados S.A.S., asegurando que tenía un contrato con la Unidad Nacional de Protección (UNP) y que necesitaba todas las camionetas que tuviera. Firmaron pagarés y contratos y Motoseguridad le rentó 9 vehículos, cuyos pagos cumplió durante los primeros seis meses. Con la confianza ganada, luego le ofreció a Giraldo invertir dinero en un negocio de comercialización de oro, a lo cual ella accedió.

En medio de esa relación, Restrepo le contó que cambiaría de nombre porque su padre biológico iba a entregarle una herencia, y en adelante se llamaría Felipe Gilinski.

En 2023 comenzó a colgarse con los pagos, según la denunciante. En abril de ese año le pidió que le devolviera los carros, encontrando que todos estaban maltenidos, con rayones y fotomultas, y que dos estaban empeñados. Al parecer, el implicado le estaba subarrendando los automotores a terceras personas, diciendo que trabajaba en Motoseguridad, y luego cruzaba los dineros para tratar de responderles a los involucrados, hasta que no pudo sostener el sistema.

“Él falsificó mi firma muchas veces, y daba pagarés y traspasos a mi nombre (…). A mi empresa y mi apartamento venían muchas personas a cobrarme, porque él decía que trabajaba en Motoseguridad, todo el mundo venía a cobrarme acá, las personas que él estafó”, recalcó Giraldo, e indicó que él le quedó debiendo $ 750 millones entre el arriendo de los carros y las inversiones en oro.

Entre esas terceras personas que resultaron afectadas estuvo Luz Bibiana Navarrete Zuleta, dueña de la empresa International Rent a Car, que alquila vehículos. Según su relato, Andrés Restrepo se le presentó también a mediados de 2022, diciéndole que tenía muchos carros de su propiedad y que se los podía arrendar a su empresa. En realidad, esos automotores no eran suyos, sino los de Motoseguridad, según la indagación judicial.

Tanto con Vanessa como con Luz Bibiana, Gilinski forjó una amistad basada en su poder de convencimiento y la confianza que generaba en los primeros meses, cuando cumplía los pagos. Incluso, esta última lo recomendó con su círculo empresarial y amistades, con las que Gilinski estableció otros negocios, como alquiler de apartamentos, comercio de oro y relojes Rólex.

En varios de esos tratos, en los que también dejó deudas, usó como prenda de garantía las camionetas de Motoseguridad, presuntamente.

Consultado sobre este asunto, Gilinski dijo que nunca falsificó la firma de Vanessa ni se presentó como miembro de Metroseguridad, y que tampoco le empeñó los vehículos. Adujo que gran parte de sus problemas comenzaron cuando rompió la relación comercial con Luz Bibiana, porque le aumentó el valor de alquiler de las camionetas, “entonces ella, que tiene muchos enredos, generó todo el conflicto con el morbo del tema de mi cambio de apellido”.

Cumpleaños y lujos

Varios de los fiadores y socios de Felipe Gilinski llegaron por medio de Luz Bibiana Navarrete, quien se los recomendó. Uno de ellos fue Juan Manuel Gómez, quien en su declaración judicial contó que a finales de julio de 2022 conoció al hombre que hoy le debe $ 1.600 millones.

Y el otro es Andrés Felipe Giraldo, quien lo conoció por su amigo Juan Manuel.

El negocio que les plantearon a ambos, según su versión en la Fiscalía, fue que invirtieran $ 250 millones por la mitad de Renting Blindados, para rentar camionetas Toyota.

“(…) Gilinski nos dijo que tenía 17 camionetas, de las cuales 12 estaban alquiladas a la SAE (Sociedad de Activos Especiales), que su papá le había presentado a un funcionario de la SAE, el cual vendía contenedores decomisados, y este los vendía más caro”, narraron. Entre abril y mayo de 2023, Felipe recibió $ 250 millones, entregados en $ 43 millones en efectivo y un Rólex de $ 207 millones, con el propósito final de alquilar un local para la renta de camionetas.

Los tres jóvenes iniciaron una amistad, yendo a fiestas y restaurantes, hasta ir a Cartagena a celebrar el cumpleaños de Manuela. En esta salida, contaron, Gilinski se mostró generoso, pagando cuentas de restaurantes y grupos musicales. Según les decía, él recibía dividendos de empresas familiares y una herencia que le había dejado su abuelo Isaac.

Sin embargo, Juan Manuel y Andrés Felipe comenzaron a dudar de Felipe Gilinski. Fue en su fiesta de cumpleaños, con artistas reconocidos, como el vallenatero Wifran Castillo. “En medio de la fiesta nunca llegó ningún familiar de él, ni un solo amigo que no fuera de nosotros los socios”.

Compartieron sus pensamientos con Luz Bibiana, la empresario que se los presentó. “Ella nos cuenta que también lo estuvo investigando, que conoce a alguien que trabaja en el grupo de seguridad de los Gilinski. Les confirmaron que no conocían a ningún hijo de Jaime que se llamara Felipe Gilinski”, narraron.

Sobre el caso de Juan Manuel Gómez y Andrés Felipe Giraldo, Felipe GIlinski le manifestó a este diario que les iba a pagar las deudas.

Según él, ya dio un abono de $ 30 millones, que realizó a sus abogados el 9 de abril de 2024, y para certificarlo presentó la consignación de $ 29’700.000 en una cuenta de ahorros.

EL COLOMBIANO verificó el número de la cuenta de la cual provino ese dinero, la cual no coincide con ninguna previa utilizada en los pagos de transferencia.

Gilinski tiene cinco cuentas de ahorros y una virtual en PayPal vinculada a sus 10 correos electrónicos que utiliza para firmar contratos, poderes, expedientes y formularios públicos.

Él explicó que actualmente tiene una cuenta de crownfunding con otros de sus socios. Además, de acuerdo con el relato de una de sus posibles acreedores, tiene cuenta bancaria en España. Lugar donde su madre real está casada con un ciudadano español.

Además del dinero por recuperar, Juan Manuel Gómez y Andrés Felipe Giraldo afrontan una demanda para pagar el arriendo que realizó la empresa Renting Blindados a Hacer y Servir, por el alquiler de un local ubicado en la Avenida Poblado, destinado al negocio de las camionetas.

Aunque hoy no figuran como accionistas en el expediente de Renting Blindados, fueron los fiadores de Gilinski. El local quedó en obra negra, con las pocas modificaciones que se hicieron el primer mes.

Para ampliar su denuncia sobre estos hechos, EL COLOMBIANO se comunicó con Juan Manuel Gómez y Andrés Felipe Giraldo, pero de parte de su equipo jurídico señalaron que no quisieron dar más declaraciones para no afectar el proceso jurídico que vienen adelantando contra Felipe Gilinski y la defensa de Hacer y Servir. Precisaron que hace un año no hablan con Felipe.

El taller de radiadores

“Estoy cansado, no quiero trabajar más. Voy a vivir de la renta, mi negocio me entrega $ 40 millones de pesos mensuales. Yo realmente estoy cansado con esto, voy a tratar de arrendar con esto”, comentó Joaquín Gómez, empresario de más de 70 años.

En agosto de 2023, “llegó este señor a Radiadores Lux, en Barrio Triste, adonde mi asistente Ángela Correa, la administradora. Se presentó como Felipe Gilinski Coronado, dijo que era hermano de Gabriel e hijo Jaime Gilinski, el dueño de Semana y Nutresa”.

En la primera semana de agosto de 2023, Joaquín se reúne con Felipe Gilinski para firmar el contrato de arrendamiento de $ 32 millones. Gilinski —arrendatario— firmó en representación de sus empresas Renting Blindados SAS y Colmuelles, para un pago total de $ 391 millones. Ese día pago el primer mes por anticipado, en efectivo. En poco tiempo desarrollaron un vínculo de confianza. Entre socios, se contaron temas personales, forjaron su amistad con una Biblia que Gómez le regaló a Felipe. Entre sus conversaciones Joaquín, le manifestó que se encontraba urgido de dinero y también bajo amenazas de la banda de San Jerónimo, producto de una venta de lotes.

Felipe lo convenció de vender una camioneta de colección Toyota modelo 97 —que era de Joaquín— en $ 170 millones y que hicieran el traspaso para acelerar la venta, porque “ya tenía un cliente”.

Días después Gómez le reclamó el dinero de la venta, unos $ 150 millones descontando la comisión. Este le mostró un supuesto reloj Rólex de $ 35 millones a cambio.

EL COLOMBIANO le preguntó a Gilinski sobre este contrato, quien manifestó que pagó $ 500 millones previos de otros negocios con Joaquín, y que, en caso de no pagar arriendo, los podía cobrar del supuesto abono. Agregó, que no debe dinero a Joaquín ni ningún canon de arrendamiento, aunque no mostró los documentos de pago.

Tras la insistencia del reclamo del dinero de la camioneta, Gómez denunció ante la Fiscalía que recibió un pagaré a nombre de Felipe por $ 130 millones, posfechado el 12 de septiembre de 2023, que fue rechazado en Bancolombia. En octubre recibió un segundo cheque por $ 60 millones, también devuelto, esta vez por un supuestos “fondos insuficientes”. Gilinski también pretendía comprarle el negocio de Radiadores Lux.

Los rechazos de los cheques hicieron que se cortaran las comunicaciones. Joaquín, señaló que no recibió pago de arriendo. Una vez tomado el local, Gilinski y sus socios usaban el nombre de Radiadores Lux para operar, aunque no era de ellos. Según la facturación revisada por este periódico, los dineros fueron cobrados a nombre de Colmuelles y Cia SAS hasta marzo de este año, mientras usaba el nombre comercial de Joaquín.

Tras la Semana Santa, Joaquín —desesperado e iracundo— en acompañamiento de dos sus trabajadores y algunos familiares, decidió recuperar su empresa Radiadores Lux, encerrándose en el local. “De aquí me sacan muerto”, advirtió a los presentes.

Adentro estaba Manuela, la pareja de Felipe. Durante el día el abogado de su cónyuge se presentó en el lugar, llamó a la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá para ingresar y sacar documentos, una caja fuerte y unos supuestos dólares.

EL COLOMBIANO asistió al tensionante suceso el pasado 2 de abril, que por fortuna no pasó a mayores.

“Fui tan ingenuo, uno no piensa que una persona de tanta prestación fuera a hacer esto. Le hice el traspaso, porque ya me había pagado un mes y era de los Gilinski. Quedó en pagarme la plata del carro al otro día, entonces, realicé el traspaso en la misma notaría”, contó Joaquín.

Desde el 29 de noviembre reposa la denuncia en la Fiscalía. Felipe, quien en ese momento al parecer cambió los números y sus correos, le dijo a este diario que no ha sido citado por ninguna autoridad.

Entre la facturación revisada, se encontró que estaba en la cotización de una lujosa camioneta de más de $ 250 millones que pretendía solicitar a nombre de Colmuelles, colocando la cuenta de ahorros. Además, que durante el mes de septiembre —mes de la supuesta estafa—, según el documento de extractos de Bancolombia tenía ingresos promedios por solo $  1’800.000 pesos, unos 500 dólares.

Las empresas de su círculo

Felipe Gilinski siempre actúa junto a su pareja Manuela Montoya, quien figura como representante legal de Renting Blindados SAS y Colmuelles. También fue administradora del taller hasta marzo de 2024.

Renting Blindados fue creada el 25 de septiembre de 2022, dos meses después del cambiar de identidad, aunque lo realizó con sus documentos anteriores a nombre de Andrés Felipe Restrepo Coronado. La sede era su apartamento en Laureles, lugar que solían visitar Juan Manuel Gómez y Andrés Giraldo.

La empresa fue armada con $ 5 millones en acciones y hoy registra $ 1.200 millones en activos, producto del supuesto alquiler de Radiadores Lux y negocios de inversión para venta de carros que realizaría con Juan Manuel Gómez y Andrés Giraldo. En septiembre de 2023 reportó que aumentó el capital de su empresa en $ 200 millones, en ese mes recibía dineros prestados de Juan Manuel Gómez y entregaba cheques a Joaquín Gómez que a la postre fueron rechazados por el banco.

Colmuelles fue creada el 8 de mayo de 2023, tiempo en el que Gilinski entabló una amistad con su exsocio Juan Manuel Gómez. Según el expediente. En esta firma figura Ángela María Montoya Fernández, quien parece ser la tía-abuela de Manuela.

La empresa fue utilizada para recibir la facturación de alquiler del local que funcionaba como fachada de Radiadores Lux.

Cuando tenía 20 años, Felipe Gilinski forjó sus primeros negocios: Belicol, para la venta de alcohol, y Nodo Producciones, las dos de Envigado; así como una joyería llamada Philipie Robbie, cuando habitaba en la Loma de los Bernal. Al parecer no fueron prósperos, pues solo reportaron $ 6 millones en ingresos hasta 2018.

Sus empresas tienen diferentes sedes de registro, la mayoría fueron viviendas de Felipe, quien dice mudarse a menudo por presuntas amenazas de muerte. Vivió en La Frontera, sobre la Avenida El Poblado, también en Laureles y hoy en el sector de Altos de La Calera en el Poblado. EL COLOMBIANO fue hasta la más reciente dirección, donde dijeron que se encontraba de viaje.

Frente a estos señalamientos, Felipe Gilinski reiteró que no se va a esconder. Está a la espera de que lo busquen de la Fiscalía para responder con sus abogados, según dice, porque su voluntad está en pagar.

Sin embargo, ante la insistencia en las preguntas por la polémica elección de ese apellido Gilinski, prefirió mantenerse en silencio.

 

ANEXO 1: EL PROBLEMA DEL ORO EN BARRANQUILLA

En 2023 Felipe Gilinski entabló una relación comercial con los hermanos David José y José David Hasbún Nasser, empresarios de Barranquilla. Le dieron $ 300 millones para que los invirtiera en un negocio de comercialización de oro, con la promesa de que recibirían dividendos semanales.

Según el propio Gilinski, el socio con el cual operaba las transacciones de oro lo estafó, dejándole pérdidas millonarias, por lo que les quedó mal con los pagos a los Hasbún. La situación llegó a un punto tal de deterioro, indicó el implicado, que al parecer recibió amenazas de los barranquilleros, supuestas presiones y seguimientos de gente sospechosa.

Por esa razón, Gilinski los denunció ante la Fiscalía, por los presuntos delitos de constreñimiento ilegal, extorsión, amenazas, desplazamiento y tortura psicológica. Fuentes judiciales indicaron que los Hasbún no lo han denunciado a él por la deuda de los $ 300 millones, aunque el caso está en averiguaciones penales.

ANEXO 2: EL PROBLEMA CON GALAXIA SEGURIDAD

A Galaxia Seguridad, una empresa de vigilancia de Envigado, al parecer le debe $ 60 millones de pesos, sin contar los intereses, según los expedientes judiciales digitales.

El problema fue en abril de 2022, cuando el indiciado aún tenía su nombre original y registró una dirección de residencia en Pasto, Nariño.

EL COLOMBIANO se comunicó con personal de la empresa que, aunque no quisieron dar una declaración oficial, extraoficialmente comentaron que hoy lo reconocen “por tener un apellido árabe, como todo raro”. Sobre este caso, Gilinski también negó su responsabilidad, alegando que se trató de un malentendido por el servicio de unos escoltas, y exigió las supuestas pruebas en contra.

ANEXO 3: EL ESTAFADOR DEL JET SET

En el año 2005 la opinión pública colombiana conoció el caso de Nelson David Escorcia Ternera, un joven de 24 años, involucrado en múltiples investigaciones penales por estafar a varias personas del mundo político y empresarial. Según un reportaje de la Revista Semana, se hizo pasar por miembro de poderosas familias, como los Santo Domingo, Sarmiento y Cisneros (venezolanos).

Leía con rigurosidad revistas de farándula y con esa información llamaba a empresarios, periodistas y funcionarios, logrando hospedajes, cenas e invitaciones gratuitas a eventos. Terminó encarcelado.

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