Para El Espectador, después del atentado terrorista contra la Escuela General Santander, “es inevitable referirse a la paz, tan ansiada como debilitada”, por lo que rechaza el hecho de que tan pronto se conoció el atentado empezaran “a pulular las voces atacando el acuerdo con las Farc, criticando las negociaciones con el Eln y sugiriendo que Colombia vive una situación apocalíptica”.

En ese punto, lanza su dura crítica contra Uribe: “En una reacción de absoluta irresponsabilidad, el expresidente y senador líder del Centro Democrático, Álvaro Uribe, dijo en Twitter: ‘Grave que la paz hubiera sido un proceso de sometimiento del Estado al terrorismo’. ¡Por favor! Todo lo contrario. Si algo demuestra el atentado es que hay que continuar apostándole a la paz, con todas sus complejidades”.

Recuerda que las experiencias internacionales han enseñado que en los años posteriores a un acuerdo de paz importante “hay varios focos de recrudecimiento de la violencia”, por lo que advierte que “la solución no es tirar todo por la borda, sino reconocer los esfuerzos que se han hecho, lo mucho que se ha logrado, ajustar lo que falta por hacer o anda olvidado y seguir persiguiendo salidas negociadas”.

“Llamamos entonces a la prudencia, pues especular sobre lo ocurrido solo promueve la zozobra, irrespeta a las víctimas y a sus familias y demuestra una peligrosa irresponsabilidad”, añade el editorial de El Espectador.

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Por su parte, sin mencionar a nadie en particular, Portafolio hace un llamado similar, advirtiendo que “los dirigentes están obligados a cerrar filas en defensa de las instituciones, con el fin de enviar un mensaje de unidad que contraste con el pobre espectáculo de mezquindad y oportunismo dado por uno que otro líder en las redes sociales”.

El otro diario económico más importante del país, La República, también se ocupa del tema en su editorial y sostiene que “el atentado demuestra que hay personas interesadas en desestabilizar al país y de paso devolver el tiempo en el que el miedo era el aire que se respiraba en todos los rincones colombianos. No hay motivos para seguir sembrando cizaña y desconfianza ante la opinión pública”.

El periódico antioqueño El Colombiano también dedica un aparte de su editorial al oportunismo político y escribe: “Es aventurado, a más de irresponsable, lanzar ciertas hipótesis con la voluntad no confesada de generar confusión y atacar a rivales políticos para hacerlos aparecer como inductores de ataques para imponer una racha de ‘mano dura’”.

Entre los diarios regionales, La Opinión, de Cúcuta, hace referencia asimismo en su editorial al uso político del ataque terrorista, al que califica como “una amenaza clara contra un proceso de paz que tiene tantos enemigos”, y el cual se intenta consolidar “pese a las acciones opositoras de sectores importantes que pretenden el regreso a los gritos de dolor y de rabia de la guerra”.

“Ningún colombiano puede permitir que lo ganado disminuya un ápice, que el silencio de muchos fusiles sea reemplazado por el estruendo de la guerra”, agrega el medio cucuteño, y hace una invitación a los violentos que “intentan aplicar la reversa a nuestra realidad social y devolvernos a épocas caracterizadas por la supervivencia, por razón del terror y la violencia”: “Les decimos que no nos amedrentamos y que no permitiremos ni dudas ni vacilaciones en relación con la consolidación de la paz”.