Adriana Díaz trabajó para Julián Mantilla en la finca Los Arrayanes, tuvieron una relación extramatrimonial durante 12 años, de la cual nació un hijo, también llamado Julián Mantilla.
En la misma finca, Mantilla seguía viviendo con su esposa Eddy Durán y sus dos hijas, de quienes nunca se separó, relata El Espectador.
Los hechos ocurrieron entre enero de 1995 y agosto de 2007, cuando Mantilla falleció.
Tiempo después, Díaz pidió ser tenida en cuenta en la herencia argumentando que, además de la relación sentimental, desarrolló con Mantilla una actividad económica común, resume Caracol Radio.
Pese a las negativas de un Juzgado Civil de Socorro y el Tribunal Superior de San Gil, la Corte Suprema aceptó el caso.
La corte concluyó que “la relación de 12 años que tuvieron Adriana Díaz y Julián Mantilla adquirió el mismo estatus, tanto en derechos como en deberes, de los matrimonios o las uniones de hecho”, destaca El Espectador, por lo cual la demandante tendrá los mismos beneficios que la esposa de su patrón.
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