Por: La Silla Vacía

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Este artículo fue curado por Gustavo Arbelaez   Sep 18, 2023 - 3:52 pm
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El Frente de Guerra Occidental del Eln tiene su retaguardia en la región del Medio San Juan y Bajo Calima, entre los departamentos de Chocó y Valle del Cauca. Es una “zona crítica”, como declaró hace poco la Mesa de Diálogos con esta guerrilla. Ahí se concentra ahora la promesa de la negociación de generar cambios concretos mientras se está en la mesa.

La región está atravesada por el río San Juan, que baja hasta desembocar en el océano Pacífico, cerca a Buenaventura. En sus orillas viven decenas de comunidades afro e indígenas que han sido sometidas a una cruenta guerra entre esa guerrilla y el ‘Clan del Golfo‘, que buscan arrasar al Eln de ese territorio.

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Hasta lo profundo de esa región viajó un equipo de La Silla, aliado de Pulzo, a entrevistar al vocero del Frente de Guerra Occidental, alias ‘Yerson’. Se trata de un guerrillero de más de 40 años, mando del frente ‘Che Guevara’, una estructura dentro del Occidental. Según un informe de la fiscalía de la JEP, al que tuvo acceso La Silla, este frente fue clasificado como una posible disidencia del Eln en el proceso de paz.

La voz de ‘Yerson’ es la misma que se escucha en los diferentes comunicados que este año el Eln ha enviado en mensajes de voz para decretar paros armado en el río, incluso durante el cese al fuego bilateral. Y de acuerdo a denuncias de la Defensoría del Pueblo, esto ha generado graves vulneraciones de derechos humanos, como desplazamientos forzados y confinamientos de las comunidades.

Ahora entrevistado, ‘Yerson’ denuncia la complicidad del Ejército con el Clan del Golfo en el río San Juan, da detalles de zonas donde conviven, y afirma que el gobierno Petro no ha podido garantizar la seguridad de los gestores de paz de la guerrilla en esa región. En ese panorama, dice que los alivios humanitarios del cese al fuego no han sido efectivos para la población civil.

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es La Silla Vacía

es alias ‘Yerson’.

¿Por qué ha decidido dar la entrevista con el rostro tapado?

Somos una organización basada en la clandestinidad. En Ejército de Liberación Nacional (Eln) hay una orientación: aparte de los miembros del organismo nacional, sobre todo el Comando Central (Coce), los demás miembros, en cada entrevista, en cada foto, en cada imagen que vaya a ser publicada, debemos hacerlo con la cara tapada.

El Eln está sentado en una mesa de diálogos con el gobierno Petro. ¿Qué piensa de eso que se desarrolla a nivel nacional en la mesa? ¿Cómo se ve el proceso desde el Frente de Guerra Occidental?

Somos optimistas. Nos sentimos representados por la delegación que ha asignado el Eln. Ha sido un consenso nacional desde que se orientó que se explorará una salida política al conflicto. Desde ese momento se han asignado unos voceros y compañeros y compañeras que nos representan. De hecho nos están representando de la mejor manera y recogen el sentir, no solo del Frente de Guerra Occidental Omar Gómez, sino de todo el Eln.

El Frente de Guerra Occidental no es una rueda suelta. Estamos centralizados a las políticas nacionales y a las orientaciones del organismo nacional.

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Pero a principios de año, el Frente Occidental fue muy crítico con la política de paz total del gobierno. ¿Cuáles eran los reparos frente a ese tema? 

Los reparos es que hay que ser más claro en la cuestión de cómo se va a abordar. Lo que más nos ha preocupado en la cuestión de la paz total, es que no hay un deslinde categórico de las Fuerzas Militares con el paramilitarismo. Eso siempre va a ser un obstáculo. ¿Por qué razón? Porque el paramilitarismo se encarga de acabar el tejido social, de estar aniquilando a los líderes sociales y todo lo que tiene que ver con los procesos comunitarios. Y de hecho eso afecta mucho la cuestión de la paz.

¿Las críticas eran frente a que la paz total también incluye dialogar con ellos? 

Más que dialogar con ellos, es una responsabilidad del Estado acabar el paramilitarismo, porque el paramilitarismo existe realmente es porque el Estado lo permite. Ellos cooperan y trabajan de manera conjunta. Es una política contrainsurgente, y más que contrainsurgente también contra los procesos sociales.

Por eso siempre hemos sido críticos en ese tema. Hay un gobierno progresista en este momento, pero entonces el viejo régimen sigue incrustado ahí y sigue en función a las políticas gubernamentales y neoliberales.

Volviendo al proceso de paz, en la Mesa de Diálogos se acordó el cese al fuego bilateral, que ya lleva un mes. ¿Ustedes desde el Frente Occidental cómo ven ese acuerdo? 

En términos del cese hay preocupaciones. En Nariño sucedió un caso, con una unidad nuestra, donde hubo muertos y desaparecidos. Personalmente, no sé si fue la Fuerza Pública o fue algún otro grupo con los que nos estamos en confrontación en el territorio.

La situación que pasó en Siberia 1 (una vereda de Tame, Arauca), están saliendo las pruebas de compañeros que sobrevivieron al combate, donde fue una operación conjunta entre las disidencias de las Farc, al mando del mercenario “Antonio Medina” y la Fuerza Pública. O sea, con los militares. Entonces eso debe ser revisado de manera muy seria.

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En el San Juan, en esta zona en la que estamos de Chocó, que ha habido una confrontación cruenta con el clan del Golfo. ¿El cese al fuego ha mejorado las condiciones? 

Frente a la situación con la población, no. En términos de la operatividad militar como tal, se ha bajado un poco la intensidad: los sobrevuelos, los barcos y cosas así por el estilo. Pero, la confrontación con el Clan del Golfo, que conviven y se mantienen muy cerca a las bases de las fuerzas militares, esa confrontación se mantiene. Además, ellos les han venido abriendo espacio para que avancen. Entonces eso no ha traído un alivio humanitario en las comunidades.

Usted habla de una connivencia del Ejército y el Clan del Golfo. ¿Eso ya ha sido denunciado? ¿Cuáles son las pruebas de eso? 

En diferentes ocasiones, como Frente de Guerra, hemos hecho la denuncia. ¿Qué es lo que pasa? La gente, todas las comunidades y los pobladores de esta región saben, pero nadie se atreve a denunciar, porque a ellos les toca estar saliendo y entrando y obviamente se pondrían la lápida en la frente. Ellos lo ven más que uno, porque han visto a la Fuerza Pública en San Miguel (Chocó), por ejemplo, con los paramilitares ahí vecinitos, se han encontrado de noche.

Hace poquito acá en el río Calima, hicieron un retén en el sector La Mojarra ¿Qué decía el comandante de los paramilitares que estaba ahí? Que la guerra de ellos era solamente contra el Eln y que con el Ejército no se tiraban. Esa es una clara muestra de la connivencia y complicidad. Lo que pasa que la gente no dice eso ante una cámara ni ante un micrófono, porque no pueden, porque tienen su familia, tienen su territorio y tienen muchas cosas que perder.

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¿Entonces, de parte del Eln qué garantías hay en este cese? No es un secreto que durante ese año ha habido varios paros armados decretados por ustedes en el San Juan. ¿Eso va a seguir ocurriendo?

Nosotros estamos cumpliendo con lo que se pactó: el cese a las operaciones de ofensiva contra las Fuerzas Militares, de Policía y de seguridad del Estado. Con eso estamos cumpliendo. Nosotros consideramos que no hemos violado lo pactado en la mesa.

El cese reza parar las operaciones ofensivas contra las Fuerzas Militares, de Policía y de Seguridad del Estado. Ese es el cese al fuego y lo estamos cumpliendo. Pero ni con el Clan de Golfo ni con los ex-Farc se ha hecho ningún acuerdo. Seguramente seguirá la confrontación.

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¿Para ustedes, cuáles son las reglas? Se habla del Derecho Internacional Humanitario y el cumplimiento del Protocolo II. Eso incluye, por ejemplo, nada de secuestro a civiles, reclutamiento a menores de 15 años. Pero hay reclutamiento y secuestros.

La cuestión de las retenciones, será un tema de debate en la mesa. Cuando se oriente que no hay más retenciones, que se pacte dentro de la mesa, pues lo asumimos como frente de guerra y lo asume toda la militancia del Eln.

Y frente a la cuestión de reclutamiento. En primer lugar, nosotros no hacemos reclutamiento forzado. Aquel que viene, viene de manera voluntaria y las incorporaciones dentro del Eln están permitidas desde los 16 años en adelante. Entonces consideramos que estamos cumpliendo también con el DIH dentro de ese punto.

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Las comunidades hacen un llamado a los actores armados, entre ellos ustedes, de no más violencia contra la mujer, contra sus cuerpos, de no más minas. ¿Qué respuesta hay para las comunidades?

En primer lugar, nosotros no tenemos una sola queja de una violación de un guerrillero del Eln contra ninguna mujer de la región. Segundo, no utilizamos los cuerpos de las mujeres como trofeo. Lo que toca es hacer diferencias. Una cosa somos nosotros, que tenemos un estatus político y tenemos unos ideales, y otra cosa son los grupos del paramilitarismo que viven consumiendo drogas y no tienen ninguna ideología. Ellos simplemente son mercenarios y como mercenarios actúan.

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¿Y frente al tema de las minas? 

Ha habido que sembrar minas antipersonales por la cuestión de la confrontación que se viene desarrollando. También será un tema de debate, me imagino, en la mesa. A ver cómo hacemos los desminados humanitarios, pero que también el gobierno se comprometa a brindar seguridad para que no se mantenga la confrontación que aún estamos viviendo. Eso también es parte de un debate.

Frente al tema que ha puesto esa región en el foco, que es la declaración del medio de San Juan y Bajo Calima como “zona crítica” y los alivios humanitarios para las comunidades. ¿El Frente de Guerra Occidental cómo está comprometido en ese tema de los alivios humanitarios?

Nosotros estamos comprometidos en todo lo que vaya en beneficio de las comunidades y de la población. El hecho que cada cosa hay que llevarla a un debate. ¿Por qué es tan difícil que lleguen los alivios humanitarios a esta región? Por la connivencia de la fuerza pública con el paramilitarismo. Si no fuera por ello, la gente estuviera viviendo en sana paz. Porque el paramilitarismo aquí no tendría cómo pegar, como enraizarse.

Ellos mantienen en Istmina, en los cascos municipales, donde hay control completamente del Estado y su fuerza pública, y se mantienen cerca las bases militares. Porque con nosotros no han podido, cada vez que nosotros podemos, nos los encontramos, los hacemos retirar, les confrontamos. Pero la fuerza pública no hace lo mismo.

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Entonces, ¿qué implica que vayan a haber unos alivios humanitarios? ¿En concreto, ustedes qué entienden?

¿Qué se ha dicho? Van a retornar algunas comunidades que han estado desplazadas. Digamos en el Bajo Calima. Pero resulta que en el Bajo Calima, el Estado no fue capaz de garantizar la seguridad para que llegaran a los gestores de paz del Eln a la liberación de unos retenidos, porque los paramilitares se encuentran allí a escasos minutos de la Fuerza Pública.

Las comunidades, lo hemos escuchado acá en este viaje, piden un cese multilateral. ¿Qué se necesita para eso? 

Eso no depende únicamente de nosotros. Nosotros hemos tenido la disposición de que lleguen los alivios humanitarios. Tampoco hemos sido nosotros los que hemos estado invadiendo el territorio de un adversario. No, a nosotros nos quieren sacar del territorio y nosotros no nos vamos a dejar sacar. Nosotros nos toca defender estos territorios donde nos hemos mantenido por décadas y nos toca hacerlo a como nos lo planteen.

Pero, las comunidades hablan mucho del 2017, cuando se hicieron unos pactos, unas treguas de no agresión entre el Clan del Golfo y el Eln. ¿Se está trabajando por una tregua? 

A nosotros en ese momento nos hicieron el llamado las comunidades y aceptamos. Dijimos listo, paremos la confrontación y que nos respetemos ciertos territorios. Eso se hizo hasta que, hace dos años, el Clan del Golfo decidió romper de manera unilateral y meterse al territorio a confrontarnos. Y hace dos años estamos en confrontación en este río.

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¿Usted no ve una tregua posible dadas las condiciones? 

El problema es que más que el querer, son la situaciones que se están viviendo. Uno de querer, quisiera, pero las situaciones no se prestan. En primer lugar, no hay confianza, porque si usted conmigo hace un trato, en el momento que lo vayamos a romper debemos hablar. Pero yo le presto la llave de mi casa, se la dejo y usted me saca el congelador. Pues, no le vuelvo a dejar las llaves porque usted se me va a llevar el televisor y el resto de cosas que tengo en la casa. Eso hay que mirarlo, para que haya un alivio humanitario para los pobladores.

Pero después de tantos años de guerra ¿por qué sigue la guerra? ¿Por qué aún el Eln y el frente de Guerra Occidental en esta zona siguen en armas? 

La razón es sencilla, es que las causas que dieron origen al conflicto aún se mantienen, incluso se han acrecentado. La desigualdad social, por ejemplo. Como ustedes pueden ver en los territorios, la gente cada día vive en condiciones más indignas y es por eso es que el Eln desde un principio se levantó en armas, buscando construir por lo menos igualdad social, y eso nos mantiene aún en pie de lucha.

¿Pero usted cree que eso se logra con las armas? ¿Cómo hacen ustedes desde la insurgencia para solucionar ese tema?

Nosotros somos una parte de la sociedad que hemos decidido hacer la lucha a través de las armas. Pero no es solamente la lucha de nosotros, también en la lucha de los pueblos, de las diferentes organizaciones sociales, de los diferentes clamores que piden. Nosotros somos una partecita más. No es que a través de nosotros solamente se vaya a solucionar, somos parte del pueblo.

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En ese sentido, ¿qué es lo que necesitan para dejar las armas? 

Es muy sencillo que se resuelvan las necesidades que requiere el país. Que se hagan las reformas estructurales realmente profundas. Que se democratice mucho más el país. De esa manera nosotros dejaríamos de existir. Si la desigualdad se reduce, si empieza a haber vida digna. Es sencillo.

¿O sea que ustedes no estarían dispuestos a una dejación de armas sin que se implementen esas cosas? 

Eso lo irá diciendo el proceso. Para eso está la participación de la sociedad. Ahí se irá haciendo el diseño de qué país queremos: el gran diálogo nacional. Ahí miraremos más adelante si se hacen los cambios estructurales que realmente quiere el país y si los que están en contra, un pequeño sector, decide ceder un poco sus privilegios.

Ahora va a empezar el punto de la agenda de negociación de la participación de la sociedad y hay sectores a los que les preocupa que ustedes vayan a influir en eso con las comunidades. ¿Cuál va a ser el papel en el territorio frente a esa participación?

Las comunidades tienen su pensamiento propio a través de su formas organizativas. De hecho, conocen más que nosotros las necesidades más sentidas de ellos. Seguramente lo irán a plantear y tendrán una visión de país que quieren proponer. Ahí es donde ellos jugarán su papel participando y harán sus propias propuestas.

¿Y el ELln acogerá? 

Eso se ha dicho. Nosotros acogemos lo que oriente el pueblo después de lo que se diga en el gran diálogo nacional.

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