El relato es recogido por medios como El Tiempo y Caracol Radio, que dicen que, tras la muerte de Héctor Riveros por coronavirus en la madrugada del 10 de julio, la autorización para que la funeraria se llevara el cadáver apareció solo hasta la madrugada del día siguiente.

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“Mi padre venía con cuidados paliativos. Cuando falleció, el prestador de la EPS Health and Life me expidió el certificado de defunción, pero, al parecer, hubo problemas al subir la historia clínica al sistema, faltaba detallar que se había muerto por COVID. Entonces, la Secretaría de Salud no daba el permiso para llevárselo”, narró Priscila Riveros a la emisora.

Ahí comenzó el drama para la familia bogotana, que además del duelo por la muerte del abuelo, se vio obligada a darle tratamiento al cuerpo, y soportar los olores y líquidos que desprendía, mientras “EPS, IPS, funerarias y autoridades de salud se pasaban el turno a la hora de dar respuestas”, reseñó el diario bogotano.

Los representantes de la IPS que registró el fallecimiento habían ayudado a envolver el cadáver en un plástico y le habían pedido a la familia que esperara a que se comunicaran con ellos para llevárselo, pero al no aparecer el registro de defunción en la plataforma dispuesta por el Ministerio de Salud para estos casos, el cuerpo inerte de don Héctor nunca fue recogido ese día, añadió el periódico.

Finalmente, y solo hasta la madrugada del 11 de julio, la Funeraria Gaviria llegó con la autorización al apartamento, ubicado en el barrio Pablo VI, a recoger el cadáver, indicó El Tiempo.

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Además de este calvario, la familia Riveros tiene ahora a una de sus integrantes, una mujer de 83 años, entubada y conectada a un ventilador en la Clínica Colombia a causa del mismo virus, dijo Caracol Radio.

Por si fuera poco, 2 hermanos de Priscila estuvieron 8 días hospitalizados al resultar contagiados cuando cuidaban a su hoy fallecido padre, mientras que ella y otra de sus hermanas esperan los resultados de la prueba para saber si también terminaron infectadas.

El barrio donde se registra esta tragedia hace parte de Teusaquillo, una de las 4 localidades de Bogotá que no entrarán en la cuarentena estricta decretada por la Alcaldía pues allí no se ha registrado un ascenso de contagios de COVID-19 como en el resto de la ciudad.