“Ahora todo me lo tienen que grabar, me duele. Mi intimidad, me has quitado la intimidad”, dice la esposa del pastor en medio de lágrimas, mientras su esposo explica que es frustrante no poder “imponer las manos sobre la gente ni ungirlas con aceite”, todo por la cuarentena nacional ordenada por el Gobierno para evitar la propagación del virus.

Miguel Arrázola se ve muy preocupado en las imágenes que compartió un usuario de Facebook pese a resaltar que ha podido llevar a cabo los rituales religiosos de manera “gloriosa”, por lo que muchos en redes sociales dicen que lo que realmente extrañan estas dos personas son los diezmos de los que asisten normalmente a su recinto en Cartagena.

 

Es de recordar que hace unas semanas el pastor Arrázola fue tema de discusión en el país porque el senador Gustavo Bolívar lo llamó “estafador de la fe” por pedir en repetidas ocasiones que se hicieran los diezmos a través de Internet, cadenas de almacenes, aplicaciones de bancos; de hecho, una mujer que apareció en un video junto a él invitó a las personas a “seguir al Señor con nuestros diezmos aunque estemos acuartelados”.