Ese día, durante la sesión solemne del pleno del Congreso, el senador del partido Alianza Verde se bajó los pantalones en protesta porque los parlamentarios no escuchaban el discurso del saliente presidente del Senado, Efraín Cepeda, en una práctica casi que cotidiana en las sesiones y debates que se dan en ese recinto.

Por eso, para Lozano, Mockus “tendría que hacerlo todos los días. Si no le ponen atención al que está hablando, todos los días tendría que ocurrir eso”, insistió en Caracol Radio, y se lamentó porque si bien considera que Mockus “es un hombre muy brillante” y “representa muchas cosas importantes para Colombia”, el debate no puede terminar “en si está bien que se baje o no los pantalones”.

“A mí no me gustó ni cinco la actitud del profesor Mockus. Me parece que eso mostraba una actitud más decadente, un ejercicio pedagógico que él inauguró hace muchos años y que hoy no tiene ese significado”, afirmó Lozano. “Uno no puede endilgarles las faltas a los otros comportándose de manera que también incurre en una falta”.

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“¿Eso es lo que el país quiere ver de Mockus en el Congreso?”, preguntó Lozano, y se respondió: “Yo no estoy seguro. Me parece que el camino para que el Congreso cumpla con su tarea es por la vía de la razón que por la vía de comportamientos que generan que otras personas se sientan agredidas”.

“Hay muchas personas que legítimamente se sienten agredidas, que les gusta Mockus, pero dicen no, hasta allá no, profe”, agregó Lozano. “Muchas madres de familia, mucho padres, muchos congresistas amigos de él incluso que le dicen que ese no es el camino. Creo que en este Congreso ni tolerarle a Mockus agresiones contra los demás no tolerarles a los demás agresiones contra Mockus”.

En clave de que eso es lo que pasa todos los días en el Congreso, Luz María Sierra, en Blu Radio, sostuvo: “Me parece que lo que él estaba tratando de corregir es algo tan menor, tan de todos los congresos del mundo, que es que están haciendo ruido en un momento dado, que es excesivo el gesto de Mockus”.

“Porque que se baje los pantalones, que es un gesto tan agresivo, tan decadente tratándose de una repetición de un mismo gesto, que tendría que ser para un hecho realmente repudiable en el Congreso”, agregó la periodista. “No simplemente para hacer callar a la gente. En eso bordea un poco el espíritu de Antanas de hacer show. Se parece más a unos símbolos fallidos de él que a los símbolos por los cuales nos ha encantado a muchos su proceder político”.

“Si una democracia vocinglera y viva desagrada, entonces el profesor se encuentra en el lugar equivocado y su presencia en una lista queda develada como simple estratagema electorera para sacarle jugo a su popularidad”, asegura, por su parte Antonio de Roux en su columna de El País, de Cali.

“No tengo dudas de que Antanas posee las condiciones intelectuales para afrontar una tarea tan necesaria como exigente. Pero en su lado humano algo falló. Por eso, y poniéndolo en palabras del proceso de paz, nos debe a los colombianos una reparación apropiada y el compromiso de no repetir la ofensiva escena”, añade De Roux.

Pero también hay opinadores que ven con buenos ojos el acto de Mockus. A Mábel Lara, por ejemplo, el gesto del exalcalde de Bogotá le parece “inofensivo y hasta tierno”, y pregunta en su columna del mismo diario caleño: “¿Tanta ‘alaraca’ por un jopo que ya conocíamos?”.

“Se equivocan los detractores del profe cuando dicen que ya es un viejo loco, degenerado y procaz”. Para ella, lo respalda el hecho de que obtuvo casi 600 mil votos con su partido Alianza Verde “y la gente, sus electores, le siguen copiando. Le copian al profe Mockus porque en medio de tanta mentira, noticias falsas y estrategias electorales es uno de los más auténticos y sinceros políticos que tenemos”.

En esta orilla se sitúa también Álvaro Forero, panelista de Blu Radio, para quien se ha demostrado que con esos actos Mockus ha cambiado conductas. “El gesto e Mockus se puede ver como el equivalente a una tarjeta amarilla ante el juego sucio parlamentario. Eso es lo que pretendía hacer. Yo creo que en el Congreso hace falta un árbitro para muchos de los atropellos, y de alguna manera eso es lo que busca hacer Mockus”, aseguró.

Forero cree que “muchos ciudadanos y hasta los congresistas van a invocar ese gesto de Mockus muchas veces cuando se presenten los desmanes y las zambras que se ven en el Congreso. Más en este porque va a haber enfrentamientos muy duros. Va a ser una tarjeta amarilla que bastará invocarla, porque no necesitamos que cada vez Mockus pase al frente y se baje los pantalones”.