Hébert Veloza García, alias ‘H.H.’, dice que todavía tiene mucho por contar sobre el pantano de las violencias en Colombia. Por eso le pidió a la JEP que lo escuchara para que sus verdades no se pierdan en los abismos de la impunidad y del olvido en este país acostumbrado a reciclar sus guerras porque la justicia es un bien escaso.

(Le puede interesar: Se cumplen 20 años del atentado al club El Nogal y no hay verdad ni reparación)

El viacrucis de Mónica Gaitán, una exfiscal de derechos humanos que quiso hacer justicia El problema de las autodefensas no fue que utilizáramos el narcotráfico para financiarnos, el problema de las autodefensas fue que dejamos que el narcotráfico nos utilizara a nosotros

Desde la cárcel de Itagüí (Antioquia) sostiene que el proceso con las autodefensas quedó chueco e inconcluso, que eso explica que muchos de sus antiguos subalternos hoy comanden el Clan del Golfo, que las mafias del narcotráfico siguen cambiando de rostros pero exportando los mismos alijos de cocaína y que la paz total es una ficción sin remedio sin una verdad total que incluya a todos los responsables de esta tragedia sin pausa.

“Si nosotros desde el principio hubiéramos contado todo lo que teníamos con el Ejército y la Fuerza Pública hubiera sido más difícil que los nuevos grupos se hubieran apoyado en ellos. Donde la justicia hubiera castigado a todos esos empresarios que nosotros hemos mencionado, hubiera sido más difícil que otros empresarios o esos mismos empresarios apoyaran nuevos grupos. Mientras no haya condenas ejemplares para esas personas va a haber quien siempre apoye esos grupos”, dice.

(Lea también: JEP dejó ver alianza entre paramilitares y Ejército para producir falsos positivos en Meta)

Según Veloza, mientras el negocio de la droga siga en la tras escena corrompiendo autoridades y engrasando dirigentes políticos será imposible conjurar todas nuestras violencias. Por eso asegura que en la ambiciosa “paz total” el gobierno Petro no puede repetir los errores del pasado.

“Lo que han buscado los gobiernos anteriores es la foto con los fusiles y no más porque a nosotros nos pasó. Yo desmovilicé dos bloques, el bloque Bananero y el Calima, y qué recibí: la foto con el comisionado recibiendo los fusiles y después no hubo ningún apoyo en la parte de reinserción”.

Mientras la JEP define si le abre la puerta, ‘H.H.’ insiste en que la única manera de pasar la página de la violencia y las venganzas arremolinadas es que todos los protagonistas de esa barbarie puedan reconstruir una verdad conjunta y no fragmentada que les dé paz a las víctimas de tanta sangre vista.

Qué nos ganamos con este poco de procesos que ha habido y verdades a retazos, verdades por acá de las autodefensas, por allá de las FARC y por acá de los militares. Usted no cree que una verdadera paz total es que nos sentemos alias Manteco, (el general) Rito Alejo (Del Río) o el coronel (Byron) Carvajal, que también operó allá, y yo, y que nos sentemos frente a las víctimas y les podamos contar lo que hicimos. Eso sí sería una paz total

El exjefe paramilitar, cuyos bloques asesinaron a más de 3.000 personas, se refiere a Jóverman Sánchez, alias Manteco, exjefe de las FARC en Urabá, con quien libró una guerra a muerte por el control del territorio. Para ello ‘H.H.’ sumó a dos aliados que ya condenó la justicia: el general Rito Alejo del Río y el coronel Byron Carvajal.

Urabá fue el gran laboratorio de la violencia paramilitar que después se expandió por todo el país.

“Cuando hubo tanto muerto, nosotros los tirábamos a la carretera o los dejábamos en el pueblo, entonces la Policía nos decía que los desapareciéramos para que no generáramos tantos índices de mortalidad porque eso les subía los índices a ellos. Comenzamos a enterrarlos o a desaparecerlos en fosas comunes”, asegura.

(Vea también: Salvatore Mancuso abrió puerta en la JEP y contará su verdad en audiencia única)

Alias ‘H.H.’ confiesa que después entendieron que les resultaba mucho más práctico tirar los cadáveres al río Cauca. “La fosa más grande que hay en el país es el río Cauca. La fosa común más grande de Colombia es el río Cauca”, señala.

“¿Qué les debería pasar a los representantes legales de esas multinacionales que patrocinaron la guerra de las autodefensas y todas esas violencias en el Urabá?”, le pregunto. “Deberían pagar cárcel igual que nosotros porque fueron ellos los que financiaron todos esos muertos”, responde.

Veloza relata que vio correr tanta sangre en Urabá que en un momento pidió su retiro del grupo ilegal.

“A mediados del 96 yo le pedí la retirada a los Castaño de la organización porque en ese momento la guerra estaba muy enardecida y (había) muchos decesos. Yo veía allá a los pelados que trabajaban conmigo que ya les gustaba matar. En ese momento yo vi cosas que realmente uno no debió haber hecho nunca en la vida ni haberle hecho a otra persona nunca en la vida”, recuerda.

Fue en esa época feroz que las AUC reclutaron para su causa a exmiembros de las FARC y EPL. Entre ellos estaba Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, quien años después comandaría el Clan del Golfo. Para darle un positivo al gobierno idearon una falsa desmovilización de guerrilleros que, en realidad, lo único que hicieron fue cambiar de brazalete.

“Eso lo organizó Carlos Castaño directamente en su momento con algunos militares”. “¿Pero para qué Carlos Castaño quería mostrar este show mediático de unas guerrillas supuestamente desmovilizadas que lo que terminaron fue engrosando las filas de las autodefensas?”, le pregunto. “Ya hacían parte de las autodefensas cuando se desmovilizaron y ya habían participado en hechos delictivos, en homicidios y masacres. Eso era para darle un positivo al gobierno, al Estado y al Ejército”.

El entonces coronel Leonardo Barrero Gordillo, quien años después llegó a comandar las Fuerzas Militares, hizo parte de esa pantomima. Barrero Gordillo fue citado esta semana por la JEP para aclarar sus presuntos nexos con las AUC.

“Él fue uno de los lideró esa desmovilización con Carlos Castaño y la desmovilización se dio en una finca de los Castaño. Toda esta gente llegó allá de civil y después se les llevan los uniformes, se llevaron los fusiles y todo. Eso fue todo organizado por las autodefensas”, narra.

A propósito de Carlos Castaño, alias ‘H.H.’ se atreve a contar un episodio desconocido sobre su asesinato, ocurrido en abril de 2004 y perpetrado por hombres bajo su mando. Según él, cuando Vicente Castaño le dijo que había que matar a su propio hermano, ‘H.H.’ por un momento puso en duda esa orden y hasta alcanzó a pensar en otro final posible.

“Ese día estaba Vicente con (Salvatore) Mancuso y con ‘Don Berna’ y yo estaba reunido abajo en la piscina con todos mis comandantes. Ahí estaba ‘Giovanny’, ‘El cura’, ‘Sarley’ y otros comandantes. Ese día inclusive les dije a ellos: ‘¿Y por qué no matamos más bien a estos tres y vamos pa donde Carlos? Y ellos me dijeron: ‘No, porque nosotros los matamos y nos vamos para donde Carlos y Carlos no nos cree y nos matan a todos’. Entonces decía: ‘Bueno, vámonos a donde Carlos y le decimos que nos ordenaron matarlo’. Me decían lo mismo también: ‘Bueno, Carlos va a llamar a Vicente y le va a decir: acá está Hernán y está diciendo que usted me mandó a matar’, entonces a quién le va a creer: al hermano o a mí. Entonces a lo último decidimos que tocaba matar a Carlos porque era la orden que nos habían dado”.

El ala más traqueta de las autodefensas al final ganó la partida. “Vicente era más cercano a todos los narcotraficantes que Carlos. Vicente fue el que más se metió en el negocio y él fue el que cometió el error de comenzar a vender franquicias de las autodefensas. Ahí fue el acabose de las autodefensas”.

Lee También

Además del narcotráfico, la política fue muy funcional para los propósitos de las AUC.

Entonces le pregunto: “Cuénteme una cosa, ¿quién buscó a quién: las autodefensas a los políticos o los políticos a las autodefensas?”. “Los políticos a las autodefensas. Usted sabe que el político se pega de donde esté el momento o la luz que más alumbre”, contesta

“Cerca de 60 parlamentarios fueron condenados por la parapolítica. ¿Se quedó corto el Estado al tratar de judicializar a los políticos o usted cree que todos los que están fueron todos los que estuvieron?”, le insisto. “Pues en el caso mío los que tuvieron vinculación con el grupo mío, yo hablé de todos ellos y la mayoría fueron condenados”.

Por último tocamos dos temas: los generales en retiro Iván Ramírez Quintero y Mario Montoya Uribe, este último excomandante del Ejército entre 2006 y 2008.

“El general Iván Ramírez en su momento han hablado mucho de él y muy cercano a Carlos Castaño”. “¿Y de Mario Montoya qué me puede decir?”. “Ese tema sí lo dejamos ahí pendiente”, responde.

Alias ‘H.H.’ asegura que está empeñado en la reconciliación del país y que para lograrla son necesarias estas verdades. De lo contrario, dice, no cesará nunca la horrible noche de Colombia.