Se trata de una vacuna diseñada específicamente para los animales, infirmaron los responsables del zoológico en Twitter, que lo consideran “una victoria para la ciencia”.

Todo comenzó a principios de enero cuando varios gorilas de este zoológico del sur de California, uno de los más grandes del mundo, dieron positivo en las pruebas del nuevo coronavirus y fueron puestos en cuarentena tras mostrar síntomas. Este fue el primer caso conocido de transmisión natural del virus a los grandes simios. Desde entonces, se han recuperado.

Al mes siguiente, cuatro orangutanes y cinco bonobos del zoológico de San Diego recibieron cada uno dos dosis de una vacuna experimental desarrollada por la empresa especializada Zoetis.

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“Nunca en mi carrera había tenido acceso a una vacuna experimental en una fase tan temprana del proceso, y nunca había tenido un deseo tan fuerte de utilizarla”, afirma Nadine Lamberski, responsable de salud del zoo de San Diego, citada por National Geographic.

Entre los afortunados receptores de la vacuna está Karen, una orangután hembra que en 1994 se convirtió en el primer primate no humano en ser operado a corazón abierto.

Los estudios han demostrado que ciertas especies de primates -una categoría a la cual también pertenecen los humanos- pueden contraer el virus responsable del COVID-19.

Los humanos y otros primates tienen un genoma muy cercano: los gorilas tienen cerca del 98% de su ADN en común. En África, los chimpancés y los gorilas han sido diezmados por el virus del ébola.