Hace unos días se publicó el primer reporte que estima la cantidad de dióxido de carbono que se captura en el planeta. El CO₂ es uno de los gases de efecto invernadero responsables del cambio climático que ya se vive en el planeta y una de las estrategias para mitigar sus impactos ha sido la captura. Sin embargo, detalla la evaluación, estos esfuerzos están siendo insuficientes para cumplir con los objetivos climáticos.

El reporte titulado El estado de la eliminación del dióxido de carbono fue elaborado por un comité de científicos de universidades europeas y norteamericanas. La investigación encontró que anualmente se capturan de la atmósfera más de 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono.

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Al respecto, Steve Smith, coautor del estudio y científico del clima de la Universidad de Oxford (Reino Unido), aseguró que, aunque la cifra es mayor de lo que mucha gente cree, “sigue siendo mucho menor que el total neto de emisiones”. 

El estudio también determinó que más del 99 % de la remoción de carbono se sigue realizando bajo métodos convencionales. Esto, según los autores, quiere decir que se hace plantando árboles, restaurando bosques dañados y reponiendo suelo para que almacene más carbono.

Tan solo el 0,1 % se estaría removiendo gracias a nuevas tecnologías como las centrales eléctricas, que a la par de que generan energía, capturan emisiones, o las tecnologías de captura directa, que utilizando reacciones químicas, logran extraer CO₂ de la atmósfera. 

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Combinando ambas formas de capturar dióxido de carbono, el estudio señala que la cantidad de CO₂ capturado puede aumentar a un ritmo de poco menos de 12 millones de toneladas más por año hasta 2025. Esta cifra sería insuficiente para los acuerdos climáticos que buscan reducir las emisiones a la atmósfera para que la temperatura del planeta no aumente por encima de los 1,5 °C para finales del siglo.

Por eso, Jan Minx, coautor del estudio e investigador del Instituto Mercator de Investigación sobre los Bienes Comunes Mundiales y el Cambio Climático (Berlín) afirma que “si queremos tener una estrategia sólida para cumplir el objetivo climático de París, tenemos que limitar la dependencia de la RCD, y esto significa que tenemos que encarrilarnos hacia la reducción de nuestras emisiones”.

Esta conclusión apunta en la misma dirección que la emitida el año pasado por el tercer informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En su documento, titulado Cambio Climático 2022: Mitigación del Cambio Climático, el IPCC afirmó que las emisiones tenían que disminuir de manera drástica en 2030, 2040 y 2050. De no lograrse, y las emisiones siguen en aumento tras 2025, es probable que la temperatura aumente 3.2 °C para 2100.