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Dos cintas latinoamericanas se alzaron este viernes con los mayores galardones de la sección “Una cierta mirada” de la edición 78 del Festival de Cannes. “La misteriosa mirada del flamenco” del chileno Diego Céspedes y “Un poeta” del colombiano Simón Mesa Soto ganaron respectivamente el gran premio y el premio del jurado.
La sección “Una cierta mirada” del Festival de Cannes celebró este año el talento joven de Latinoamérica, entregando su mayor distinción a la película La misteriosa mirada del flamenco, primer largometraje del chileno Diego Céspedes.
La cinta, ambientada en las minas del norte de Chile en los años 80, entra en el universo de una pequeña comunidad de mujeres trans, que manejan la cantina local.
A medida que los clientes comienzan a infectarse con VIH y enfermarse, la violencia contra ellas se va incrementando.
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“Entre más violencia se genera inevitablemente un sistema de resistencia, que es mucho más hermoso de contar”, dijo en entrevista a RFI Diego Céspedes.”Lo más lindo es rescatar lo que todavía se puede hacer y hablar de amor, ya sea familiar, romántico, no romántico. Es un diálogo más real”.
Una de las actrices principales, Paula Cundinamarca, lleva el papel de la matriarca Mamá Boa y conoció de joven la transfobia de esta sociedad conservadora.
“Me tocó vivir en una época en donde la palabra travesti era sinónimo de persona trastornada, de delincuente. Era una cosificación muy demonizada. Pero la victimización es una zona de confort”, aseguró.
Una comedia colombiana
El segundo premio de esta competencia paralela, que recompensa el cine joven y audaz, se lo llevó la comedia colombiana Un poeta, de Simón Mesa Soto, quien ya había ganado la Palma de Oro por un cortometraje.
En la cinta, Mesa Soto retrata la vida miserable de Oscar, un poeta incomprendido, depresivo y fracasado, cuya obsesión por un arte puro y libre lo mantiene en la quiebra.
Oscar descubre en el aula de una escuela ubicada en los barrios populares de Medellín una alumna con alto potencial poético y busca revelarla en el mayor festival de poesía de la ciudad. Pero sus fantasías no saldrán como las sueña.
A RFI, su director explicó que buscaba retratar al poeta “pero sin idealizarlo desde el arte, más bien de forma realista”.
Mesa Soto se inspiró de sus propios cuestionamientos sobre el arte hoy en día y en su país. “Es un reflejo de mis propios dilemas, por ejemplo, sobre lo que significa ser un hombre en la sociedad moderna, ser un hombre artista, ser un cineasta, reírse de lo que es hacer cine y sobre el tener que complacer para que la película sea más vendible que otra”.
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