Los parlamentarios de ese país analizan los pagos, por casi cinco millones de dólares, que recibieron empresas ligadas a él por asesorías cuando era ministro. Kuczynski venía negando desde antes de asumir el mando, el 28 de julio de 2016, que tuviese vínculos con la multinacional brasileña, hasta que fue desmentido por la propia empresa.

El mandatario ha negado que hubiese un conflicto de intereses con esas operaciones, afirmando que en esa época todos los negocios los manejaba su socio, el chileno Gerardo Sepúlveda.

Kuczynski  también denunció un “golpe” de Estado en su contra y dijo que defenderá su “capacidad moral” cuando comparezca ante un congreso decidido a destituirlo: “Estamos ante un golpe bajo el disfraz de interpretaciones legales supuestamente legítimas”.

El presidente peruano también pidió “disculpas” a los peruanos por haberse cuidado al manejar sus negocios e informar sobre ellos: “Ser descuidado y desprolijo es un defecto pero no es, no ha sido, ni será jamás para mí una herramienta de deshonestidad y mucho, mucho menos, de delito”, agregó Kuczynski, quien denunció haber sido “anticipadamente” condenado.

Acompañado por su abogado Alberto Borea, el presidente tendrá dos horas para exponer sus descargos ante un Congreso dominado por la oposición fujimorista, en una sesión que comenzará a las 09:30 de la mañana locales.

Después de escuchar los descargos de Kuczynski, el Congreso iniciará un largo debate antes de votar la destitución. Para aprobarla, se requieren 87 votos de los 130 escaños del Parlamento.

Los votos parecen asegurados, puesto que el proceso de vacancia fue iniciado por petición de 93 legisladores. El partido de Kuczynski solo cuenta con 17 bancas.

Empresario, de 79 años, con experiencia y amigos en Wall Street, Kuczynski ha dicho que nunca recibió un pago ilegal de Odebrecht, pero hasta sus partidarios admiten que no dio explicaciones “claras” sobre el tema y tres de cada cinco peruanos piensan que debe abandonar el poder, según encuestas.

A menos de que ocurra un milagro, Kuczynski se convertirá en el primer presidente en perder su puesto por vínculos con Odebrecht, empresa envuelta en el pago de sobornos en varios países de América Latina para conseguir millonarios contratos de obras públicas.

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Si Kuczynski es destituido, el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, debe asumir el mando por el resto del periodo, que culmina el 28 de julio de 2021.

Hace ocho días este escándalo de corrupción se cobró otra prominente víctima en el vecino Ecuador, donde el vicepresidente Jorge Glas fue condenado a seis años de cárcel por recibir sobornos.

La OEA anunció que enviará una misión a Lima a observar el proceso de destitución de Kuczynski.

Pero el fantasma de Odebrecht también persigue a los rivales del mandatario, entre ellos Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, quien es investigada por supuestos pagos recibidos de la empresa brasileña.

Odebrecht admitió haber pagado 29 millones de dólares en sobornos en Perú entre 2004 y 2015, periodo que abarcó los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), en el que Kuczynski fue ministro; Alan García (2006-2011); y Ollanta Humala (2011-2016).

Humala permanece en prisión preventiva, acusado de recibir tres millones de dólares para su campaña electoral de 2011, mientras que contra Toledo pesa una orden de extradición desde Estados Unidos, por recibir presuntamente 20 millones de dólares en sobornos para conceder a Odebrecht la construcción de una carretera.

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