La mujer, una médica brasilera de 44 años cuya identidad no fue revelada, “entró en desespero porque el embajador Marcelo Henrique Morato Castilho (34 años), como ella lo conocía, aparecía subyugado por los criminales”, narra Folha de São Paulo.

Esta es la imagen que envió el abogado a su prometida. / Archivo particular - Vía Folha
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A pesar del impacto, la mujer de São José do Rio Preto pidió pruebas de vida de su novio, y al no recibirlas, acudió al día siguiente a las autoridades, cuenta el principal diario paulista. Su sorpresa sería mayor.

Castilho no solo no estaba secuestrado: no era embajador de la ONU, como creía su prometida, y sí era un viejo conocido de la Policía por apropiación indebida, hurto, y otras acusaciones de engaños a mujeres en el estado de São Paulo, detalla el portal Bahia.

‘Vilma’, el nombre ficticio que la prensa brasilera ha dado al la verdadera víctima de esta historia, tuvo que pagar más de 30.000 reales (más de 22 millones de pesos colombianos) por los gastos de su boda en Brasilia, que evidentemente no se consumó, agrega Folha.

Sin embargo, a ‘Vilma’ no le fue tan mal como a la anterior prometida del falso embajador, una sicóloga, que había organizado la ceremonia en el principado de Mónaco y también fue abandonada en la víspera, por supuestos problemas de salud del novio, del que no volvió a saber.

La coartada del abogado (el título sí es cierto) es sólida, según las fuentes policiales consultadas por el diario paulista, que no descartan que pueda haber más víctimas, ni que algunas no hayan denunciado por vergüenza:

“Él establece vínculo de amistad, después inicia una relación con las víctimas y pasa a la propuesta de matrimonio […] Las seduce con planes de llevarlas a lugares sofisticados y les promete (la ceremonia de) casamiento en lugares poco convencionales: hoteles de lujo, catedrales”, explicó un delegado de la Policía.