El pasado 10 de noviembre Flossie se convirtió en la gata más vieja del mundo al cumplir 26 años y 316 días de vida felina, esto convertido en años humano es de aproximadamente 120 años.

“Nos quedamos estupefactos cuando vimos que los registros veterinarios de Flossie mostraban que tenía 27 años”, dijo Naomi Rosling, coordinadora de la sucursal de la organización benéfica.

Cuál es la historia de Flossie, el gato más viejo del mundo

En su primeros días de vida era una gata callejera que visitaba con frecuencia el hospital de Merseyside en Liverpool, al noroeste de Inglaterra, en los primeros meses de su vida en 1995.

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Flossie fue adoptada por un trabajador del Hospital y su familia en el Reino Unido, su dueño falleció 10 años después, por lo que la gata pasó directo a la hermana de su dueño. Las dos se acompañaron hasta que la mujer murió 14 años después. Pasó a una organización benéfica llamada Cats Protection donde Flossie fue adoptada este año por Vicki Green de Orpington, Reino Unido, la adoptó debido a que ya tenía experiencia cuidando a gatos longevos.

Vicki Green conversó con Guinness World Records sobre su gata Flossie: “Sabía desde el principio que Flossie era una gata especial, pero no imaginé que compartiría mi hogar con un poseedor del título Guinness World Records”, recuerda la joven.

En cuanto a la personalidad de la gata, Green comentó :“Es tan cariñosa y juguetona, especialmente dulce cuando recuerdas la edad que tiene”.

La organización de récord también comentó: “Presenta problemas relativos a su edad, pues su visión es mínima y ya perdió la audición, pero se dice que Flossie es una gata feliz con un apetito voraz y le gusta calentarse con su manta amarilla favorita”.

Por otro lado, Craig Glenday, editor en jefe de Guinness World Records comentó: “Este es el equivalente humano de más de 120 años, lo que la pondría a la par con Jeanne Calment, la supercentenaria francesa que vivió hasta los 122 años y 164 días y tiene el récord de la persona más anciana de la historia”.

Aunque en la asociación creyeron que por su edad nadie la adoptaría; sin embargo, el milagro ocurrió cuando Vicki encontró a Flossie.

“Siempre quise darles a los gatos mayores una vida posterior cómoda”, dijo Green. La joven espera ahora que la historia de Flossie aliente a los posibles dueños de gatos a proporcionar un refugio para las mascotas en su adultez.