En Tennesee no se utilizaba este método desde 1960, informó el canal de televisión local WSMV.

El condenado, Edmundo Zagorski, de 63 años, prefirió la silla eléctrica a la inyección letal.

Sus últimas palabras antes de la ejecución fueron “vamos a roqueear” (Let´s rock), según el medio.

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El reo recibió una primera descarga de 1.750 voltios durante 20 segundos y tras una pausa otra de la misma intensidad durante otros 15 segundos, antes de ser declarado muerto.

Zagorski fue condenado a muerte en 1984, por haber asesinado en 1983 a John Dotson y Jimmy Porter, “después de robarlos durante un negocio de drogas”.