El hombre, quien no quiso revelar su identidad por temor a ser despedido, aseguró que cada enfermero pasó de atender de 15 a 30 pacientes en un turno de 24 horas, desde que comenzó la emergencia sanitaria.

“Al principio, llegaba tanta gente que cuando los ibas a canalizar (con suero) se te morían en las manos. Los contagiados, por lo general, están solos, tristes, la medicación les produce estragos gastrointestinales, se sienten mal y piensan que siempre van a estar así. Además, ven que la persona que está al lado se empieza a ahogar y a gritar que necesita oxígeno”, manifestó el trabajador de la salud.

De acuerdo con el enfermero, los decesos han aumentado considerablemente en el hospital en el que labura, tanto que el personal de la morgue no da abasto. “Lo que nos ha tocado hacer muchas veces es juntar los cuerpos y acumularlos en los baños”, agregó.

Guayaquil

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El hombre, igualmente, señaló que muchos de sus colegas no pueden hacer sus necesidades fisiológicas, ya que solo retiran los cadáveres de los retretes después de que se apilan o amontonan “seis o siete”.

A pesar de ser llamados héroes, varios gremios sanitarios aseguraron que cientos de médicos y enfermeras han fallecido en Ecuador por culpa del COVID-19. Incluso, informaron que en la provincia costera de Guayas, cuya capital es Guayaquil, hay 147 contagiados, todos pertenecientes al personal de la salud.

Hasta el momento, las autoridades del vecino país han reportada oficialmente un total de 576 muertes asociadas al virus y 22.719 casos de infección, siendo uno de los países latinoamericanos más golpeado por la pandemia.