A través de varios trinos, el presidente de Estados Unidos intentó amedrentar a los cientos de manifestantes que se reunieron frente a la Casa Blanca en la noche del viernes diciendo que, de haber sobrepasado la reja de la propiedad, se habrían encontrado con “perros perversos” y las “armas siniestras que jamás haya visto”.

Sin abordar las profundas razones que motivaron las protestas que dejaron daños materiales y la muerte de un joven de 19 años, Donald Trump aplaudió el trabajo del Servicio secreto en el manejo de la situación.

“Gran trabajo del Servicio secreto de Estados Unidos anoche en la Casa Blanca. No solo fueron profesionales, sino muy ‘cool’. Estuve adentro vi cada movimiento, y no me pude sentir más seguro”, se lee en uno de sus trinos.

En el mismo hilo de Twitter, Trump alentó las acciones que podrían haber tomado los uniformados contra quienes piden justicia para George Floyd: “… si alguien se pusiera demasiado juguetón o fuera de línea, rápidamente los atacarían con fuerza, no sabrían qué les golpeó”.

En una rueda de prensa, Trump dijo haber llamado a la familia de Floyd. “Hablé con miembros de la familia, gente excelente”, dijo en la Casa Blanca. “Entiendo el dolor, entiendo el dolor. Esta gente realmente ha pasado por mucho. La familia de George tiene derecho a la justicia y la gente de Minnesota tiene derecho a vivir a salvo”, afirmó.

Trump ya había sido criticado por comentarios en Twitter en los que llamaba “matones” a los manifestantes y advertía que “cuando comiencen los saqueos, comenzará el tiroteo”.  

El expresidente Barack Obama, el primer negro en llegar a la Casa Blanca, dijo compartir la “angustia” de millones de personas por la muerte de Floyd y que el racismo “no debería ser ‘normal’ en el Estados Unidos de 2020. No puede ser ‘normal'”.

“La gente está enojada porque está frustrada porque este no es el primer asesinato policial que han visto en el país”, declaró en tanto Al Sharpton, un destacado activista por los derechos de los negros, a la cadena MSNBC. 

Joe Biden, candidato demócrata a la Casa Blanca y exvicepresidente de Obama, denunció a su vez la “herida abierta” del “racismo institucional” en Estados Unidos y aludió, sin nombrarlo, Donald Trump. 

“Ahora no es el momento de alentar la violencia”, dijo. “Necesitamos un liderazgo real, un liderazgo que conduzca al diálogo”.

Las protestas por la muerte del hombre negro a manos de la policía durante un detención en Minneapolis se extendieron a varias ciudades de Estados Unidos el viernes por la noche, a pesar de que la fiscalía acusó de homicidio a uno de los agentes implicados.

Cientos de personas se reunieron en varios puntos del país, como frente a la Casa Blanca, en Washington, pero también en Nueva York, Dallas, Houston, la ciudad natal de la víctima, o Las Vegas, Des Moines, Memphis y Portland. En Atlanta, se quemaron coches de policía.

En la ciudad de Minnesota entró en vigor el toque de queda el viernes por la noche. La policía lanzó gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que desafiaron la orden.

La familia de George Floyd, 46 años, a la que el presidente Donald Trump informó haber llamado, saludó la detención del policía como un primer paso “en el camino a la justicia”, pero la consideró “tardía e insuficiente”.

“Queremos una acusación por homicidio voluntario con premeditación, y queremos ver a los otros agentes (implicados) arrestados”, afirmó la familia en un comunicado.

El policía que presionó con la rodilla el cuello de Floyd fue arrestado y acusado de asesinato en tercer grado, dijeron las autoridades.

El agente “Derek Chauvin ha sido acusado por la oficina del fiscal (…) de asesinato y homicidio involuntario”, dijo el fiscal , Mike Freeman, a periodistas. 

Chauvin es uno de los cuatro agentes despedidos del cuerpo policial tras conocerse el video que muestra el arresto el lunes de Floyd por supuestamente tratar de pagar en una tienda con un billete de 20 dólares falso. El fallecido aparece esposado y acostado en la calle con la rodilla del Chauvin sobre su cuello por al menos cinco minutos.