“No me digan que teniendo a Kamala Harris aquí, las cosas no pueden cambiar”, señaló el presidente número 46 de Estados Unidos, que dijo que los desacuerdos no deben ser motivo de desunión, un discurso opuesto a lo que se vio durante la campaña presidencial de 2016 y los 4 años de mandato de Donald Trump.

Habló de dignidad, respeto, honor y verdad, “una dura lección” que Estados Unidos aprendió después del anterior gobierno: “El terrorismo doméstico y la supremacía blanca serán vencidos en EE. UU”, sentenció el nuevo mandatario.

“Muchos de los ciudadanos ven con temor el futuro”, dijo luego de echarle pullas a Trump, sin mencionarlo, pero les dio un parte de tranquilidad acerca de que el país se va a hacer más fuerte, gracias a la fortaleza para perseverar.

Joe Biden Se refirió también a la pandemia, y para vencerla llamó a la unidad, a la resiliencia y la unidad: “Vamos a salir de esto juntos”.

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También hizo un llamado a recuperar las alianzas y “reconciliarse con el mundo”; eso lo dijo antes de pedir un minuto de silencio en memoria de los fallecidos por el COVID-19.

El presidente despidió su discurso diciendo que EE. UU. seguirá siendo el faro de la democracia en el mundo.

El presidente Joe Biden juró sobre la Biblia

Biden juró el cargo sobre la misma Biblia que ha utilizado con ese fin durante toda su carrera política: un enorme tomo que es propiedad de su familia desde 1893 y que mide casi 13 centímetros de ancho (5 pulgadas).

El presidente electo se apoyó por última vez en esa Biblia para jurar en 2013 su segundo mandato como vicepresidente estadounidense, cargo que ejerció entre 2009 y 2017 con Barack Obama como presidente.

Obama presenció a pocos metros de distancia el juramento del que fuera su mano derecha en la Casa Blanca.

El juramento del cargo fue tomado por el juez John Roberts, presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos.