“#CampFire… está ahora 100% contenido”, dijo el departamento de bomberos de California (Cal Fire) en su último boletín divulgado en Twitter.

De los 87 fallecidos, solo 54 fueron hasta el momento identificados, según la oficina del sheriff del Condado de Butte, en el norte de este estado de la costa oeste de Estados Unidos.

En los últimos días, fuertes lluvias cayeron en la zona del incendio, ayudando la tarea de los bomberos, aunque los aguaceros dificultaron las tareas de búsqueda de cuerpos.

Además del “Camp Fire”, otro incendio, el “Woosley Fire”, se desató paralelamente en el sur de California, en Malibú, hogar de varias celebridades de Hollywood, con saldo de otros tres muertos.

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El humo del “Camp Fire” fue tan intenso que afectó a la ciudad de San Francisco, donde en determinado momento obligó a cerrar las escuelas y a detener el funcionamiento de su famoso tranvía.

El gobernador de California, Jerry Brown, advirtió que el estado puede esperar un creciente número de grandes incendios debido al calentamiento global.

El presidente estadounidense, Donald Trump, que la semana pasada visitó la localidad de Paradise, arrasada por el “Camp Fire”, afirmó que los incendios se debían en parte a una mala gestión forestal en California.