Ese estimado se basa en los daños que los fuertes vientos les hicieron a 4 estructuras en la isla caribeña de St. Martin, que eran más fuertes y modernas que la estructura de Mar-a-Lago, ubicada en Doral, Florida, considerada como ‘rustica’ por parte de publicaciones como The Washington Post.

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El medio dice que hasta el momento no se sabe cuál será el destino de la mansión de Trump, que está avaluada en 16,9 millones de dólares (el precio bajó en los últimos meses, pues costaba 28 millones), y que otras propiedades del magnate presidente ubicadas en el mismo estado podrían sufrir con el paso de este huracán.

Hay que recordar cómo, en 1985, Trump adquirió esta propiedad que le pertenecía a la familia Kellog, los magnates de los cereales, mediante tácticas no muy rectas: como el precio en el que le vendían la propiedad le pareció demasiado alto, Trump amenazó con adquirir la propiedad de enfrente, construir un edificio allí y bloquearles la vista al océano. Finalmente, logró una considerable rebaja, recuerda Vanity Fair.