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Washington y Tokio pactaron este martes 22 de julio un nuevo acuerdo comercial que reduce los aranceles sobre ciertos productos japoneses, especialmente los automóviles. Aunque los mercados celebraron este avance, persisten tensiones en torno al acero, el aluminio y el arroz.
Por Stéphane Geneste.
Estados Unidos y Japón anunciaron este martes la firma de un acuerdo comercial, que Donald Trump calificó de “enorme”.
Lo que está en juego es la reducción de los aranceles impuestos a los productos japoneses, especialmente los automóviles, que pasan del 25% al 15%. Representa un respiro para Japón, la cuarta economía mundial, que ha sido muy dependiente de sus exportaciones hacia Estados Unidos.




Washington, por su parte, consolida una alianza con un socio clave en Asia. Este compromiso era crucial para ambas partes, ya que el comercio bilateral es fundamental para el equilibrio económico de cada país. Para Washington, también se trata de corregir un déficit en su balanza comercial.
La industria automotriz japonesa se beneficia
En el centro del acuerdo está la industria automotriz. Un tercio de las exportaciones japonesas hacia Estados Unidos proviene de este sector. La reducción de 10 puntos en los aranceles es una excelente noticia para los fabricantes.
La Bolsa de Tokio se disparó en la apertura, y las acciones de Toyota, Honda y Nissan subieron. Toyota incluso registró un aumento del 15 % desde el anuncio.
Esta decisión permite a los fabricantes japoneses mantener su competitividad en el mercado estadounidense, donde cada punto porcentual de arancel representa varios miles de dólares por vehículo.
Arroz estadounidense y tensiones persistentes
Sin embargo, no todo está resuelto. Aunque el arroz estadounidense podría ahora ingresar al mercado japonés para compensar una producción nacional insuficiente, el tema sigue siendo delicado. El arroz es un símbolo cultural y económico fuerte en Japón, y la idea de importar productos extranjeros preocupa a los productores locales.
Los otro puntos de fricción son el acero y el aluminio. Estas dos materias primas siguen gravadas con un 50 % de aranceles, lo que demuestra que el acuerdo comercial es solo parcial.
En fin de cuentas, este compromiso llega en un momento políticamente delicado para Japón. Se cree que, debilitado por sus pérdidas electorales, el primer ministro estaría usando la firma del acuerdo como última carta antes de anunciar su dimisión.
Este acuerdo, fruto del enfoque contundente de Donald Trump, marca una nueva etapa en su estrategia comercial. Tras Japón, Washington mantiene sus negociaciones con la Unión Europea y China.
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