Este número telefónico funciona en todas las ciudades de ese país  y Canadá, y atiende cualquier tipo de emergencia, ya sea con la policía, el hospital o los bomberos, pero hay algunas personas que, incluso sin hacerlo como broma, no utilizan apropiadamente el servicio.

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  1. Mis piernas se están poniendo azules

Una mujer llamó a los paramédicos, preocupada por el cambio de color en sus extremidades inferiores. Resultó que la noche anterior se había estrenado un par de bluyines que se destiñeron por el sudor del baile de la fiesta a donde estaba, destaca el portal.

  1. Cómo abrir una lata de salsa

Una operadora del servicio de emergencias de Alaska recibió una llamada un 25 de diciembre, de una voz jadeante y desesperada que preguntó: “¿Cómo abro una lata de salsa de arándanos para que me salga entera, no por pedazos?”. Y la operadora le contestó: “Ábrala por la parte de abajo y póngala en un plato”.

A lo que el usuario contestó: “Gracias, usted es brillante”. No obstante, dice la operadora que el usuario probablemente no le pareció tan brillante cuando recibió una citación a la policía para hacer el curso de buen uso del teléfono de emergencias.

  1. Intoxicación

Una madre llama al 911 diciendo que su hijo de 14 años debía ser llevado al hospital por intoxicación. Cuando llegaron los paramédicos, encontraron que el muchacho le había confesado a su madre que se había pasado un chicle. Un año más tarde, la mujer llamó por lo mismo, pero esta vez era que su hijo le había contado que le había dado una aspirada a un cigarrillo de marihuana una semana atrás.

  1. Incendio de madrugada

Un hombre llama desesperado a reportar un “gigantesco” incendio detrás de las montañas, en una zona y una época en la que se presentan conflagraciones. Cuando están a punto de enviar a los bomberos, con el usuario aún en la línea, este dice: “Señorita, espere. Creo que me equivoqué. No es un incendio, es el Sol que está saliendo. Lo que pasa es que nunca estoy despierto a esta hora. Qué pena, me siento avergonzado”.

  1. Hay un venado detrás de mi casa

Una mujer adulta mayor llama y reporta que hay un venado detrás de su casa. “¿Y está haciendo algún daño?”, le pregunta la operadora. “No”, responde la mujer, “es que se metió al río”, comenta y sigue el diálogo.

– “¿Y el venado ya se fue?”.

– “Sí, pero me preocupa que esté sintiendo frío”.

– “No se preocupe, señora. El venado es un animal salvaje y sabrá cuidarse bien. Gracias por llamar”.

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