El informe señala que quienes cometieron más ataques suicidas fueron los miembros del autodenominado Estado Islámico (EI) y varias ramas de Al Qaeda (ambos grupos terroristas proscritos en Rusia y otros países), así como otras organizaciones que se identifican con el salafismo-yihadismo.

Según el informe, durante 2017 se registraron 348 atentados suicidas en 23 países que fueron perpetrados por 623 personas.

El número de muertos en esos ataques se eleva a 4.310, y el número de heridos es de 6.700.

Un total de 137 perpetradores fueron mujeres, una cifra que de acuerdo con los datos del informe es la más elevada desde que se lleva a cabo un registro de los atentados suicidas.

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El incremento en el número de mujeres que cometieron atentados suicidas se debe en gran parte a la organización africana Boko Haram, afiliada al grupo Estado Islámico.

El 90 por ciento de los atentados suicidas fueron realizados directamente por EI y Al Qaeda o por grupos vinculados con esas organizaciones terroristas internacionales.

La mayor parte de los atentados suicidas que tuvieron lugar en 2017 se registraron en Irak, 64, y en Siria, 40, aunque en estos dos países su número se redujo a menos de la mitad de los que tuvieron lugar en 2016.

Los autores del informe pronostican que durante 2018 los ataques suicidas continuarán siendo frecuentes “debido a las ventajas que presenta esta modalidad” a la hora de ofrecer una imagen de fuerza.

Los investigadores, aclara el informe, no pudieron verificar todos los atentados suicidas puesto que algunos se produjeron en territorios que están en guerra, como Siria o Irak, y no siempre se pudieron validar.

Sputnik

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