Gran parte de esto quedó registrado en el capítulo del 28 de mayo, donde se recrean varias reuniones entre paramilitares como Castaño y militares, en las que se habla de cómo va el plan del asesinato, y cómo inteligencia solucionaría uno de los pocos problemas que podrían dañar su plan: los sicarios no conocían Bogotá, ciudad en la que mataron a Garzón.

Ya tenemos seleccionada la gente que se encarga de la parte operativa, son muchachos muy bien entrenados, pero hay un problemita y es que no conocen bien Bogotá”, dice el Castaño de ‘Garzón vive’ (minuto 1:02)

“Ese no es ningún problema, mis hombres se van a encargar de familiarizarlos con la ciudad y de mostrarles las rutas que usa el individuo [Jaime Garzón]”, agrega una persona de inteligencia.

Pantallazo Canal RCN.

Luego, además, se muestran dos reuniones alrededor de unas mesas de billar. En una (minuto 23:16), un capitán, aparentemente del Ejército Nacional, acompañado de miembros de inteligencia, se reúne con los sicarios.

El artículo continúa abajo

Allí, el Capitán resuelve las dudas que tienen los matones alrededor de Garzón y si es fácil o no asesinarlo, llegando a la conclusión de que no era tan complicado, pues si bien el humorista tenía dos personas de seguridad privada, a veces andaba sin ellos, y en carros que no estaban blindados.

Además, el oficial dio a entender que tenían de su parte el estilo de vida “desordenado” de Garzón.

“Básicamente, es una persona que siempre realiza los mismos desplazamientos y a las mismas horas […Tiene escoltas,] dos que acaba de contratar de seguridad privada, pero es un tipo muy desordenado y mujeriego; a veces los carga, a veces no. Esperemos que el día del operativo no cargue con ellos. […Además,] tiene dos carros, uno deportivo que casi no usa y una camioneta que acaba de comprar y que por ahora no tiene blindaje alguno”, dice el Capitán.

Vea también: El problema no es ‘levantarse’ a las mujeres, sino acostarlas: ‘Jaime Garzón’

El único inconveniente que tenían, según los de inteligencia, era que los sicarios —que no cobraron por adelantado— pudieran perder a Garzón, pues al periodista le gustaba “andar a toda mierda”.

No obstante, el conductor aseveró: “Eso no es problema”.

Pantallazo Canal RCN.

Mientras tanto, en la otra reunión (minuto 7:31), un Coronel, presuntamente de las Fuerzas Militares, contrata a una mujer que serviría de falsa testigo del homicidio para que por la muerte de Garzón solo pagaran los sicarios y el resto de involucrados quedaran limpios.

“Uno, debe decir que vive sola en el apartamento; después miramos qué apartamento, depende del operativo y en dónde. Dos, memorizar las fotos de dos hombres, que le vamos a entregar a su debido tiempo. Tres, declarar que fue testigo del operativo e inculpar a los hombres de las fotos; y si le toca hacer retratos hablados, hacerlos”, son las indicaciones que el Coronel le da a la falsa testigo, a la que le prometieron una jugosa cifra.

En ese momento, la mujer muestra su angustia por tener problemas con las autoridades al hacer lo que el Coronel le indica, pero este la tranquiliza, asegurándole con firmeza:

“Cuántas veces le he dicho que no va a tener ningún problema. Es que nosotros somos la autoridad”.

Pantallazo Canal RCN.

En el capítulo del lunes, además, se destaca una de las cosas que les ayudó a los autores intelectuales del asesinato de Garzón  (que mostraron desde el primer capítulo, pero seguro se emitirá de nuevo tras esta trama, esta semana que se acaba la bionovela) a saber su paso a paso.

Lograron que al periodista le pusieran un par de escoltas, con los que supuestamente el Gobierno garantizaría su seguridad tras un atentado que sufrió, pero que en realidad eran infiltrados que pasaban información detallada sobre los movimientos de Garzón.

Por eso, en una escena de la bionovela, se escucha que Garzón, al darse cuenta de esto, contrató la mencionada vigilancia privada y echó a los escoltas estatales.

Vea llamó su jefe, que muy bien, que ustedes son muy buenos sapos, y que los felicita, pero que ya no tienen que ‘chuzarme’ más, que ya tienen información suficiente para matarme. Gracias a ustedes. No los quiero ver más por acá […] Dígale a su jefe que, a partir de ahora, yo me responsabilizo de mi seguridad”, puntualiza, ofuscado.

Pantallazo Canal RCN.

Cabe reiterar que esta es la versión de ‘Garzón vive’ de RCN, aunque en la realidad también hay quienes han especulado cosas similares alrededor del asesinato del periodista, el 13 de agosto de 1999.

Unas de esas personas, además, consideran que aunque la muerte del periodista se declaró un crimen de lesa humanidad en 2016, tiene una mancha de impunidad ya que solo se ha condenado al jefe paramilitar Carlos Castaño, quien ya falleció.

En 2016, también se supo que estaban siendo “judicializados el exsubdirector del DAS José Miguel Narváez y el coronel Jorge Eliécer Plazas Acevedo, quienes se habrían aliado con las AUC en la ‘lucha subversiva’ para ordenar el homicidio de Garzón”, informó Semana, en ese momento.