La reforma laboral de Gustavo Petro contempla grandes cambios en materia de formalización y otros elementos clave para millones de trabajadores en el país. Las modificaciones más polémicas, sin duda alguna, son las que tocan el pago de horas extra, recargos nocturnos y recargos dominicales porque elevarían el costo de las nóminas.

(Lea también: Restaurantes abren sus puertas a la reforma laboral, pero advierten que deben hacer ajustes)

Lo que se busca es que la jornada nocturna vuelva a empezar a las 6:00 p. m. y no a las 9:00 p. m., como lo estableció la Ley 789 de 2002, aprobada durante el gobierno de Álvaro Uribe.

Para hacerle fuerza a ese punto, el Ministerio del Trabajo planteó que un trabajador que devengue el salario mínimo y que haya trabajado hasta las 9:00 p. m. por 288 días del año y durante 21 años (desde la entrada en vigencia de la norma), dejó de recibir recargo nocturno del 35 % por cada una de esas horas que pasaron a ser diurnas.

Partiendo de que el valor aproximado de una hora de trabajo para una persona que devenga un salario mínimo es de $ 4.800 y que el recargo nocturno le representa $ 1.690 adicionales, la hora laborada pasa a tener un valor de $ 6.490. 

En ese sentido, la pérdida para quienes trabajaron hasta las 9:00 p. m. por más de 20 años asciende a más de 30 millones de pesos de hoy, según la cartera de Trabajo. Al año, dejaron de ganar $ 1’460.000 y durante los 21 años, $ 30’660.000.

Lee También

Reforma laboral: preocupación en varios sectores

Felipe Bayón, expresidente de Ecopetrol, hizo fuertes críticas al proyecto de reforma que impulsa el Gobierno de Gustavo Petro porque, a su juicio, puede golpear las finanzas de la compañía.

“Yo no cierro la planta a las 5:00 de la tarde. Nosotros operamos 24 horas al día y 365 días del año, sábados y domingos. Las refinerías no paran, los campos no paran, los taladros no paran. Habría que mirarlo”, dijo a Bloomberg Línea.

Además, la cadena de retail Home Sentry, uno de los negocios legendarios y muy reconocidos en Colombia, manifestó sus reparos con el proyecto de reforma laboral e, incluso, advirtió que se podrían ir varios negocios del país porque no aguantarán el impacto de una mayor carga en materia de salarios y prestaciones.