La gasolina es uno de los combustibles más utilizados en el país, tanto para el transporte público como privado, y para el funcionamiento de diversas industrias. Sin embargo, su precio ha venido aumentando de forma sostenida desde el inicio del gobierno de Gustavo Petro, quien asumió la presidencia en agosto de 2022.

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Según el Ministerio de Minas y Energía, el precio promedio de la gasolina corriente en mayo de 2023 fue de 11.500 pesos por galón, lo que representa un incremento del 35 % con respecto al mismo mes del año anterior, cuando el precio era de 8.500 pesos por galón.

Esta situación ha generado malestar entre los ciudadanos, que han visto afectado su bolsillo y su movilidad, y entre los gremios económicos, que han denunciado el impacto negativo que tiene el alza de la gasolina en sus costos de producción y en su competitividad.

¿Hasta cuándo será? Hasta que los precios internos coincidan con el importado cierre el aumento del déficit y se pueda pagar la deuda en los meses sucesivos, disminuyendo el déficit paulatinamente”

¿Por qué sube la gasolina en Colombia?

El precio de la gasolina en Colombia está determinado por una fórmula que tiene en cuenta el costo de producción o importación del combustible, los márgenes de comercialización, los impuestos y los subsidios.

Uno de los factores que más influye en el precio es el costo de importación, que depende del precio internacional del petróleo y del tipo de cambio. Colombia es un país que produce petróleo, pero no lo suficiente para abastecer su demanda interna de combustibles, por lo que debe importar una parte de la gasolina que consume.

Según la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), en 2022 Colombia produjo 734 mil barriles diarios de petróleo, pero consumió 1.026 mil barriles diarios de combustibles líquidos (gasolina, diésel y otros), lo que significa que tuvo que importar el 28 % de su demanda.

El problema es que el precio internacional del petróleo ha subido considerablemente en los últimos meses, debido a la recuperación de la demanda mundial tras la pandemia del covid-19, y a las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y otros países productores. El barril de petróleo Brent, que es el referente para Colombia, pasó de 40 dólares en mayo de 2020 a 70 dólares en mayo de 2023, lo que representa un aumento del 75 %.

A esto se suma que el peso colombiano se ha depreciado frente al dólar, lo que encarece las importaciones. El dólar pasó de 3.700 pesos en mayo de 2020 a 4.200 pesos en mayo de 2023, lo que representa una depreciación del 13 %.

Estos dos factores han hecho que el costo de importación de la gasolina se haya incrementado en más del 100 % en el último año, lo que se ha trasladado al precio final que pagan los consumidores.

¿Qué propone el Gobierno ante el aumento de la gasolina?

Ante esta situación, el gobierno de Gustavo Petro ha anunciado una serie de medidas para reducir la dependencia del país del petróleo importado y buscar alternativas más económicas y ambientales para la movilidad.

Una de las medidas es planificar la compra anticipada de gasolina importada a través de contratos a largo plazo con países aliados como Venezuela, Ecuador y México, que ofrecen precios más bajos y condiciones más favorables que el mercado internacional.

Otra medida es impulsar el uso de energías renovables y biocombustibles como la etanol y el biodiésel, que se producen localmente a partir de fuentes agrícolas como la caña de azúcar y la palma de aceite. Estos biocombustibles se mezclan con la gasolina y el diésel para reducir su costo y su impacto ambiental.

Además, el Gobierno ha propuesto incentivar el transporte público masivo y eléctrico, como el metro, el tranvía y el tren de cercanías, que ofrecen una movilidad más eficiente, segura y sostenible que el transporte individual y a base de combustibles fósiles.

Finalmente, el gobierno ha planteado la posibilidad de revisar la fórmula del precio de la gasolina, para reducir los impuestos y los márgenes de comercialización, y aumentar los subsidios para los sectores más vulnerables y para las regiones más alejadas.

¿Qué opinan los expertos y los sectores afectados?

Las medidas del Gobierno han generado opiniones encontradas entre los expertos y los sectores afectados por el alza de la gasolina.

Por un lado, algunos analistas consideran que las medidas son positivas y necesarias para diversificar la matriz energética del país, reducir la dependencia del petróleo importado y avanzar hacia una transición energética más limpia y justa.

Por otro lado, otros expertos cuestionan la viabilidad y la conveniencia de las medidas, y advierten que pueden tener efectos negativos en el corto y el largo plazo.

Entre los argumentos en contra se encuentran los siguientes:

  • La compra anticipada de gasolina importada puede ser riesgosa y costosa, pues implica asumir compromisos a largo plazo con países que pueden tener problemas políticos, económicos o sociales que afecten el suministro o el precio del combustible.
  • El uso de biocombustibles puede generar distorsiones en el mercado agrícola, al incentivar el monocultivo de caña de azúcar y palma de aceite, que pueden desplazar otros cultivos más rentables o alimenticios, y generar conflictos por el uso de la tierra y el agua.
  • El transporte público masivo y eléctrico requiere de grandes inversiones en infraestructura, mantenimiento y operación, que pueden ser difíciles de financiar en un contexto de crisis fiscal y social como el que vive el país.
  • La revisión de la fórmula del precio de la gasolina puede generar un déficit fiscal mayor, al reducir los ingresos por impuestos y aumentar los gastos por subsidios, lo que puede afectar la sostenibilidad de las finanzas públicas y la calificación crediticia del país.

Los sectores más afectados por el alza de la gasolina también han expresado su inconformidad con las medidas del gobierno, y han exigido soluciones más efectivas y urgentes para aliviar su situación.

Los transportadores han anunciado paros y protestas para reclamar una rebaja inmediata en el precio del combustible, que segurá aumentando de valor, que les permita recuperar su rentabilidad y su capacidad de servicio.

Los industriales han solicitado al gobierno que revise los impuestos y las tarifas que se cobran por el uso de las vías y los peajes, que también inciden en el costo del transporte de mercancías y materias primas.

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Los consumidores han pedido al gobierno que controle la especulación y el abuso de algunos distribuidores y expendedores de gasolina, que cobran precios superiores a los autorizados por el Ministerio de Minas y Energía.

¿Qué futuro le espera al país en materia de combustible?

El futuro del país en materia energética dependerá en gran medida de las decisiones que tome el gobierno frente al tema de la gasolina importada, y de la capacidad que tenga para implementar las medidas anunciadas.

También dependerá de la evolución del mercado internacional del petróleo, que es impredecible e inestable, y que puede sufrir cambios abruptos por factores externos al país.

Lo cierto es que Colombia enfrenta un gran reto para garantizar su seguridad energética, su competitividad económica y su responsabilidad ambiental, sin afectar el bienestar de sus ciudadanos ni comprometer sus recursos fiscales.

Para ello, se requiere una visión estratégica, una gestión eficiente y una participación activa de todos los actores involucrados en el sector energético. Solo así se podrá lograr una solución equilibrada y sostenible para el problema de la gasolina importada.