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Escrito por:  Fabián Ramírez
Subeditor     Feb 26, 2024 - 10:44 am

En su columna ‘Más cerca del abismo’, el analista Ricardo Ávila en El Tiempo explica por qué, para él, la Nueva EPS se convertirá en la punta de lanza de la reforma a la salud que pretende implementar el Gobierno y que de hecho, sin ser aprobada, el presidente Gustavo Petro ya insinuó que empezará a hacer cambios en estas empresas. 

Según Ávila, con Aldo Cadena en la Nueva EPS, una ficha del Pacto Histórico, las cosas serán a otro precio. Esta empresa funciona en los 1.103 municipios y, según las proyecciones a 2024, facturaría unos 21,6 billones de pesos. Hoy en día tiene 10,9 millones de afiliados, que apunta a ser más grande, pues en el segundo semestre llegarán cerca de 8 millones más de usuarios que provienen de 4 EPS intervenidas: Famisanar, Emssanar, Savia Salud y Asmet Salud.

Cuáles son los líos que tendría la Nueva EPS

De acuerdo con el columnista, ese tránsito no será nada fácil, ya que los estados financieros muestran un panorama que tenderá a empeorar, como se dice en términos médicos, el pronóstico es “reservado”.

Ávila expone que de cada 100 pesos que recibe, Nueva EPS destinará 3,8 a cubrir gastos administrativos y, por norma, 8 pesos a lo que se conoce como reservas técnicas, que son las provisiones que cualquiera asegurador está obligado para sufragar pago de reclamaciones. A la entidad le quedan disponibles unos 88 pesos, pero el costo verdadero asciende a 97 pesos, de acuerdo con el analista. 

El sistema de salud hoy en día lleva más de 10 años sin conseguir que lo que vale su operación esté por debajo del 90 % de los ingresos totales. Y es que Nueva EPS, según Ávila, tiene solo 882.000 millones de reservas técnicas, cuando debía ser de 1,6 billones. En 2024, las proyecciones hablan de un saldo en rojo de 1,7 billones , lo que sería una causal de intervención por el deterioro de sus indicadores financieros, pese a que es la gran bandera del Gobierno Petro. 

Aunque la solución en el papel es pedirle plata a los accionistas para que capitalicen, Ávila dice que la asignación de recursos demandaría un esfuerzo por parte de las cajas de compensación para el que no hay ánimo, sobre todo si no hay señales de que lo invertido se recupera. En términos más claros, para el analista la crisis del sistema de salud no tiene que ver con que existan actores privados, sino con el hecho de que las cuentas no dan.

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“Así las cosas, se está escribiendo la crónica de una tragedia anunciada para el sistema de salud en Colombia, por cuenta de la terquedad de hacer borrón y cuenta nueva, en lugar de efectuar los correctivos que tantos aconsejaron para que el esquema vigente corrigiera sus fallas. Lo peor es que ya parece ser demasiado tarde para dar marcha atrás y tampoco hay claridad sobre una ruta alterna a la que conduce al despeñadero”, señaló el analista.

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