Con una inflación, que en los últimos 12 meses quedó en 13,28 % a nivel nacional, muchos ciudadanos se preguntan en cómo ahorrar en medio de una economía que cada vez parece empeorar las condiciones para guardar unos pesos, necesarios para consolidar un fondo de emergencias o para no caer en deudas, dado el incremento en la tasa de usura.

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NUEVA CRÓNICA QUINDÍO consultó al experto en economía José Santos Hernández quien entregó algunas recomendaciones para hacer rendir el presupuesto y ahorrar una parte de los ingresos que se generan en los hogares.

Aunque señaló que lamentablemente el ciudadano de a pie no tiene la cultura del ahorro, sino la del gasto y por el afán de conseguir lo futuro antes de trabajarlo, muchos caen en un espiral de deudas que lo convierten en esclavos de pagar por no tomarse el tiempo para ahorrar.

“La sugerencia para los ciudadanos sería que priorizaran los gastos básicos necesarios, es decir, revisar cuáles son esos gastos que no se pueden quitar y aquellos que se consideran suntuosos o no tan necesarios mirar la posibilidad de eliminarlos del presupuesto y ahorrar ese rubro para que la plata rinda”, dijo Santos Hernández.

Entre los ejemplos de lo que no se debe eliminar de los gastos mensuales se encuentran alimentos, educación, transporte público, salud, todos son fundamentales para vivir en condiciones dignas.

En cambio, sí se debe tratar de eliminar otro tipo de bienes como, por ejemplo, el acceso a internet, adquiriendo unos planes más moderados, el acceso a una serie de lujos que no son obligatorios para tener una condición mínima de vida como lociones, joyas, plataformas digitales para que pueda haber un remanente para ahorrar.

El colombiano es muy impulsivo para gastar, por eso debe priorizar qué es lo que no puede dejar de consumir para mantener unas condiciones dignas de vida, el resto se trata de controlar para no caer en las promociones, la oferta, ese gasto que todavía no estaba programado, esas son las cosas que no dejan ahorrar”, expresó el consultor en temas económicos.

Señaló que hay que tener en cuenta que el crédito es consumir hoy lo que se debería consumir en el futuro, por eso la recomendación es tratar de que el ahorro sea el que permita en cada momento consumir lo que ya se ha ahorrado para así no comprometer las vigencias futuras.

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“A nosotros nos cambiaron el chip frente al ahorro, entonces ya no se trata de ahorrar, sino de endeudarse y resulta que el ahorro tiene una posibilidad y es que cuando se dispone de efectivo para comprar uno tiene la capacidad de negociar, en cambio, cuando no se tiene el dinero para hacer las compras, sino que se va a someter es a un crédito, a uno lo ponen a escoger entre las mejores opciones de negocio para el que da el crédito, es decir, se pierde la autonomía de negociar”, puntualizó José Santos Hernández.

Dijo que un principio básico de economía que lo enseñan los abuelos es gastar lo que se tiene y para que le rinda la plata entonces se debe consumir menos de lo que se gana para que quede el ahorro y esto es lo que le permite tener la capacidad de negociar.

No nos creamos el cuento de que lo mejor es el crédito, eso de que ‘si uno no se endeuda, entonces no consigue’. Hay que pensar en cuánto es el costo de conseguir a partir del crédito, cuánto es el costo para acceder a eso mismo que, si yo ahorro, lo podría comprar más económico”, finalizó el economista.