El golazo se produjo en la Copa de Paraguay, cuando el equipo de Ricardo, Cristóbal Colón (Tercera División) enfrentó a Cerro Porteño.

El paraguayo de 28 años se deshizo de un rival con un sombrerito, y sin dejar caer la pelota, pegó un remate que se fue directo al ángulo derecho del arco.

La superanotación, que la dirigencia deportiva del equipo de Ricardo tildó de mejor gol del año, según el Nuevo Diario, fue el empate parcial 1-1 del partido, el cual terminó 3-1 a favor de los de Cerro Porteño.

Pese al resultado, el gol de Mario Ricardo se ha vuelto viral, y con el su historia de vida que se ha vuelto un ejemplo de superación.

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Luego de perder un ojo, el paraguayo siguió jugando fútbol, en sus tiempos libres, ya que debía trabajar en una plaza de mercado vendiendo tomates para ayudar a su familia, según reseña el diario Clarín.

Su discapacidad no fue obstáculo para continuar con su sueño de ser futbolista y aunque los ingresos no son suficientes y sigue ayudando a su mamá con las verduras, demuestra que los límites son mentales.