“Los récords están para que los rompan y es cuestión de tiempo; espero que sea en 20 o en 25 años para decirles a mis hijos: este sigue siendo mío”, señaló Bolt este viernes en la Ciudad de México.

El 8 veces campeón olímpico y 11 veces monarca mundial fue una de las figuras principales este viernes en el evento México Siglo XXI en el que contó detalles poco conocidos de su vida, como la evolución de una escoliosis con la cual batalló gran parte de su carrera y le ocasionó otras dolencias.

“Cuando empecé a competir comenzó a molestarme la escoliosis, por un tiempo no encontré ayuda hasta que en Alemania di con un doctor; estuve preocupado por la posibilidad de que eso amenazara mi carrera”, confesó.

Bolt, de 33 años, es el hombre más veloz en la historia de la humanidad con sus tiempos de 9,58 segundos en los 100 metros planos, y de 19,19 en los 200, logrados en los Mundiales de Berlín 2009, un año después de darse a conocer con una plusmarca mundial de 9,72 en Nueva York en junio de 2008, poco antes de ganar sus primeros tres títulos olímpicos en Pekín 2008.

El caribeño contó que cuando llegó a China algunos le pedían tomarse fotos porque ya era el más veloz del mundo, pero después de ganar su primera medalla de oro, en los 100 metros, ya no podía salir de la habitación de la villa olímpica porque todos lo solicitaban.

Usain Bolt

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Bolt confesó que al principio no le gustaba entrenarse, pero cuando vio su mejoría se planteó tomarse en serio el trabajo con su entrenador Glen Mills, a quien le agradeció porque sacó lo mejor de sus capacidades.

“Él siempre tenía algo que decirme, o arrancaste mal, o no estabas derecho. Decía que yo podía haber corrido más rápido, pero ese era mi coach, siempre listo para sacar lo mejor de mí”, confesó.

Usaín reveló que lo mejor de ser famoso está relacionado con los mensajes de agradecimiento de personas a las que inspiró e ir gratis a muchos lugares en los que conocer a grandes personalidades, pero hay una cosa mala: intentar cenar en los restaurantes.

“Es lo peor de ser Usaín; la gente te pide fotos, yo le digo que con gusto cuando termine, entonces mandan a los niños y a un niño no le puedo decir que no. Yo diría, dejen de usar a los pequeños”, comentó en tono de broma.

Al hablar de su vida actual reconoció que nunca fue un hombre matutino y ahora es maravilloso levantarse tarde, además de que tiene tiempo para descansar, tener vida social y fiestas.

Al referirse a su medalla más difícil mencionó el título mundial juvenil de 200 metros en Kingston 2002 porque estaba en su país y había presión. “Estaba temblando en la salida, luego gané y fue algo maravilloso”, contó al explicar la experiencia de cuando tenía 16 años y ya mostraba ser un hombre con talento.

Ante casi 10.000 becarios mexicanos, Usaín confesó que al final de su carrera los rivales apostaban a derrotarlo y mientras más lo hacían, crecía en él la motivación.

Usaín reconoció tener un talento, pero aseguró que la diferencia la marcó con trabajo duro y exhortó a los jóvenes a ponerse metas altas y alcanzarlas con sacrificio.

“Tuve que sacrificarme pero obtuve la recompensa; mi eslogan es ‘todo es posible, no te limites’, así que vean alto y continúen, continúen, continúen”, concluyó.