Después de 19 años de producción de polémicos artículos relativos al mundo del deporte, en el que se hizo toda una autoridad, Mejía sostiene que durante todo ese tiempo encontró “libertad y respeto” en ese medio por sus opiniones.

Pero esta vez sus preocupaciones parecen ser otras: “Lo que debiera ser la constante relación de todos los medios de comunicación con el aparato estatal es hoy un peligroso camino hacia una prensa censurada y cercenada, en lo económico y en lo judicial”.

La razón de esta afirmación es que Mejía cree que “soplan en el país peligrosos vientos de represión de extrema derecha, tan nociva como la de la izquierda”.

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En medio de ese panorama, el comentarista deportivo se refiere a El Espectador, para, sin mencionarlo, apartarlo de prácticas que, seguramente, percibe en otros medios: “Me voy orgulloso de haber integrado el cuerpo de columnistas de El Espectador, que sigue siendo el gran diario liberal, donde no te cambian una frase ni te mandan a decir de arriba que ‘con fulanito no te metas’, que al patrón no le gusta lo que escribes o denuncias”.

Solo en uno de los apartes de su columna hace referencia al fútbol —tema al que le dedicó prácticamente todo su esfuerzo intelectual—, pero para plantear la realidad del ejercicio del periodismo en la actualidad:

“Los periodistas nos debemos a los televidentes, oyentes, lectores, y hoy, en el nuevo mundo de las redes sociales, a quienes nos siguen. Si tienes ‘sintonía’ perduras. Si no la tienes, te cortan la cabeza, como a los técnicos de fútbol, por falta de resultados. Es el negocio y la manera de mantenerte en el espectáculo”.