Iván René Valenciano estuvo una temporada en Italia y no tuvo muchas oportunidades. Lo dirigió un técnico que posteriormente sería campeón del mundo, pero jamás lo convenció. Eran otras épocas donde los colombianos hasta ahora estaban viajando a las principales ligas de Europa.

Creció en el barrio Simón Bolívar y siguió los pasos de su padre Ariel Valenciano, goleador del Junior en los años 70. Iván debutó en 1988 con los ‘tiburones’ haciéndole un gol a Santa Fe y comenzó a ir a las selecciones juveniles donde se destacó. En 1991 fue el goleador del campeonato colombiano con 30 anotaciones y en febrero de 1992 el máximo artillero del Preolímpico. Allí estaba Franco Previtali, dirigente del Atalanta, y lo recomendó: “Tuve inmediatamente una excelente impresión. Valenciano es muy rápido, tenaz, con buenos pies y parece como si olfateara la puerta adversaria”.

Por medio del empresario Gustavo Mascardi, en abril llegó una oferta de 4.8 millones de dólares. Según algunos medios se distribuían en 4 millones para el Junior, 400.000 para el jugador y el resto para el empresario y otros gastos. En ese momento con solo 20 años se convirtió en el futbolista colombiano más caro de la historia, ya que el año anterior el Parma había desembolsado 4 millones de dólares por Faustino Asprilla. Un directivo del Atalanta fue a verlo a los Juegos Olímpicos y allí el ‘bombardero’ tuvo una mala presentación, lo expulsaron ante España y Colombia se devolvió en primera ronda.

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En agosto de 1992 ya estaba Valenciano en Bérgamo y las expectativas eran tan altas en Barranquilla que la programadora Star Televisión anunció que transmitiría en vivo los partidos del atacante para la Costa Atlántica. Iván René se marchó con 7 de sus familiares, entre ellos su esposa, y hasta un perro. A los pocos días debutó en un partido amistoso contra el modesto Bressanone, ganaron 13 – 7 y el barranquillero anotó en 7 oportunidades. “Valenciano confirma su talento al son de los goles”, tituló La Gazzetta dello Sport.

El 25 de agosto le marcó al Venezia por la Copa de Italia y parecía un excelente inicio. Ante el Parma era el debut en la Serie A, allí enfrentaría a su amigo Faustino Asprilla con el que hablaba todos los días por teléfono. Uno de los grandes problemas para Valenciano era que solo se permitían 3 extranjeros por equipo y el Atalanta también tenía a Paolo Montero (uruguayo), Leonardo Rodríguez (argentino) y Alemão (brasileño). El ‘bombardero’ fue titular, pero en el entretiempo lo cambiaron por Carlo Perrone. La Gazzetta dello Sport lo calificó con 5.5 puntos, Atalanta ganó 2 – 1 y Asprilla disputó todo el partido.

De ahí en adelante lo borró Marcelo Lippi. “Nunca me pidió goles. Me pidió que marcara al central, me pidió colaboración en la parte defensiva y le dije ‘yo no voy a corretear a un jugador solamente para verle un número. Yo vine acá para hacer goles, por eso fue que me contrataron’ y me dijo que con él no iba a jugar nunca y no jugué”, recordó Valenciano en 2020 en el programa El VBar de Caracol Radio. Apenas en noviembre cuando hubo un descanso porque la selección italiana iba a jugar la Eliminatoria, el colombiano volvió a jugar en dos amistosos y le hizo gol al Lecco y Dínamo de Moscú.

Un gol, kilos de más y perdón a los hinchas, lo que dejaron los cortos pasos de Valenciano por Millonarios

A pesar de eso Valenciano no se rendía: “He realizado una elección de vida de venir a Italia a jugar al fútbol y para conseguirlo pienso sólo en ello, dejando el calor de mi ciudad, mi gente, la música. Por ahora no estoy en los planes del técnico. Cada cual tiene sus preferencias y eso hay que respetarlo. El turno me llegará y creo en mis condiciones para revalidar mi condición de goleador. Por ahora me toca esperar. Eso, por lo menos, es mi objetivo y trabajo a conciencia en cada uno de los entrenamientos”, decía en los diferentes medios de comunicación.

El ‘bombardero’ regresó a Colombia a final de 1992 para las fiestas navideñas y de año nuevo. Allí afirmó que había perdido kilos y que estaba muy cómodo en Italia, que lo ayudaba estar con su familia y que incluso ya dominaba el italiano. Sin embargo, no estaba feliz por su falta de fútbol, Lippi le pedía paciencia por su juventud, pero él ya estaba buscando cambiar de horizontes en un equipo italiano o de otra liga en Europa. A finales de enero el Junior le pedía al Atalanta que pagara la mitad restante del pase de Valenciano y el jugador decía que tenía ofertas del Logroñes de España.

A los pocos días el barranquillero afirmó que ahora regresaría al club de su ciudad de origen y esto lo desmintió Maurizio Bucarelli, vocero del club. Ya empezaban los problemas con el jugador que tenía contrato por otras dos temporadas. Aparte de todo el delantero tuvo una lesión y regresó hasta marzo de 1993 donde por fin Lippi lo puso en un partido ante el Inter de Milán, ya eran casi 5 meses sin jugar. Parecía que la situación mejoraba, más cuando el técnico elogio a Valenciano diciendo que con su presencia el equipo se vio con mayor profundidad. Iván René reemplazó a Leo Rodríguez al empezar el segundo tiempo y hubo empate 1 – 1 el Bérgamo.

La razón por la que a Valenciano lo obligaron a ser futbolista cuando quería otro deporte

Todo fue una ilusión. Valenciano regresó a la banca y en mayo el club anunció que lo vendería. “Nosotros trataremos de ofrecerle importantes oportunidades, posiblemente en Europa (Francia, España o Suiza), o bien, en Suramérica. Un campeonato en Argentina le vendría muy bien”, declaró Giorgio Vitali, director deportivo del Atalanta. Nada de esto sucedió. A los pocos días Antonio Char viajó con el papá de Valenciano a Italia y “compraron” la mitad del contrato que le restaba al atacante para que regresara al Junior. El 1 de junio ya estaba de vuelta en Barranquilla y con 21 años acababa el sueño europeo con solo 218 minutos jugados en la Serie A.

Todo jugó en contra de Valenciano: juventud e inexperiencia, el tema de los extranjeros, la parte física y que Maurizio Ganz era inamovible en el Atalanta porque vivió una gran temporada con 14 goles. Aparte su paso en Italia le dejó un nuevo apodo como contó en la Revista Soho: “Volví a la selección rapado y escuchando puras canciones de Eros Ramazzotti. Entonces ‘Carepa’ o Harold Lozano, que molestaban mucho, me empezaron a decir así: ‘Ramazzotti’”.

Cuando Valenciano marcó el gol más rápido en la historia del Junior