Uno de los ídolos más grandes de la historia del Independiente Medellín se encargó de romper con el ‘maleficio’ que arrastra el ‘poderoso’ sin ser protagonista de primer orden en el fútbol profesional colombiano. Y de empezar, en firme, el camino hacia la consagración en su debut como técnico.

David González, tricampeón con el ‘decano’ de la Liga, con las alegrías de 2002-2, 2004-1 y 2016-1, tiene muy cerca la posibilidad de lograr una nueva conquista con el equipo de sus amores, que luego de cuatro años sin llegar a una instancia definitiva del FPC está a 180 minutos de la séptima estrella.

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La más reciente definición en la que estuvo el rojo paisa fue en la de 2018-2, cuando dejó en el camino en el formato de ‘play-offs’ al Atlético Bucaramanga, en los cuartos de final, y posteriormente al Deportes Tolima: vigente campeón del certamen. Pero en la decisiva fase no pudo con Junior.

Desde entonces ni siquiera fue capaz de clasificar a los cuadrangulares o ‘play-offs’, pues llegó a completar cinco torneos consecutivos eliminados en el ‘todos contra todos’. Y aunque el uruguayo Julio Comesaña cortó la racha de fracasos fue David el que logró cristalizar el paso a la final.

“Los favoritismos se hablan o se especulan normalmente de los camerinos para afuera y acá eso no entra. Nosotros simplemente vamos a conseguir un objetivo que nos trazamos hace mucho tiempo”, recalcó González antes del primer ‘sorbo’, este domingo (6:00 p. m.) en casa.

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“Confiamos en lo que hacemos en la cancha, en lo que interpretamos de los rivales y en los planes de juego que tenemos. En mi experiencia como jugador nunca nos detuvimos a pensar en que debíamos ganar por ser favoritos o que íbamos a perder por no serlo”, agregó.

A sus 40 años, el fútbol lo ha puesto ante el desafío más grande de su trasegar por el rentado criollo. No en vano tendrá la responsabilidad de conducir por buen puerto las ilusiones de miles de hinchas, quienes cansados de tantas frustraciones alcanzaron a ver con escepticismo su llegada.

Siguiendo los pasos de Víctor Luna, Pedro Sarmiento y Leonel Álvarez, con los que tuvo la posibilidad de dar la vuelta olímpica en el campo de juego, González sabe que representa el anhelo de la ‘sangre nueva’ que quiere dejar su impronta en una institución centenaria, urgida de renovar éxitos.

“No me atrevo a decir que sea un recambio generacional, simplemente es un proceso de preparación; para preparase no existe edad y es un premio a personas que hemos sido inquietos y hemos querido plasmar ideas que no son tradicionales”, dijo el técnico que llegó para quedarse.