Muntari (exMilan y exInter de Milan) le protestó duramente al árbitro para pedirle que interrumpiera el partido, a falta de cinco minutos para el final, debido a insultos racistas que venían desde una de las tribunas. El colegiado no aceptó la petición del jugador y terminó mostrándole la tarjeta a amarilla.

El futbolista perdió la calma durante algunos minutos y terminó abandonando el césped del estadio Sant’Elia, dejando al Pescara con diez hombres en un partido que terminó 1-0 a favor del local.

Al término del encuentro Muntari dijo, en entrevista con Sky Sports, que desde los primeros minutos lo estaban molestando y que un niño fue el que empezó a insultarlo.

Por eso, dijo, decidió regalarle la camiseta en el entretiempo para que se calmaran las cosas, pero los gritos humillantes continuaron una vez salió a la cancha.

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Además, Muntari criticó duramente al juez porque aparentemente lo gritó: “Si no hubiera reglas que prohíben tocar al árbitro, ya estaría debajo de la tierra. Yo respeto todo, pero no que me levanten la voz si tengo la razón”, concluyó a ese medio.

Esta no es la primera vez que se produce un evento parecido en el estadio del club ‘sardo’: en 2010, el juego Cagliari-Inter de Milán fue interrumpido durante algunos minutos después de que el camerunés Samuel Eto’o recibiera insultos racistas.

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