En un artículo que tituló ‘Un tío croata entra en un bar’ y que escribió para The Player’s Tribune quiso relatar “una historia para Hollywood”, su historia.
Dijo que empieza en el año 2011 cuando tenía 21 años y fue fichado por el club español. Estaba listo para hacer las pruebas médicas y firmar el contrato. Una noche que no podía dormir le dijo a su hermano que se tomaran un trago antes de dormir.
Rakitic cuenta que esa noche le cambió la vida porque “la mujer que trabajaba en la barra era… ¡Vaya, de otro mundo! Esta es la parte de la película cuando todo va en cámara lenta, ¿sabes? Ella era tan hermosa”. Desde ese momento, al verla, se enamoró de ella… y de Sevilla, asegura.
Dice que fue un momento terrible: “No podía decirle nada más que ‘hola’, porque no sabía nada del idioma. Hablaba alemán, inglés, italiano, francés y serbocroata, pero nada de español”.
En ese momento su hermano recibió la llamada de otro club europeo, que al enterarse que estaba en Sevilla, se animó a hacerle otra propuesta para que firmara con ellos porque aún no había acuerdo oficial”, pero ya le había dado su palabra al presidente de Sevilla y para él eso fue más valioso.
Inmediatamente después señaló hacia la barra y le dijo a su hermano: “¿Ves a nuestra camarera? Yo voy a jugar aquí para el Sevilla, y me voy a casar con esta mujer”.
Continúo visitando cada día el bar de ese hotel en el que vivió tres meses “para ver a la hermosa camarera” de la que solo sabía el nombre, Raquel. Cuenta que usaba las manos para explicarle lo que le quería decir.
“Ella lo encontró divertido. Fue en plan: ‘Yo, Jane. Tú, Tarzán’, asegura.
Le pidió salir con él unas 20 o 30 veces, pero ella siempre tenía una excusa. Un día se animó a decirle por qué no quería salir con él: “Eres un futbolista. Puedes moverte a cualquier país el año que viene. Lo siento, pero no.”
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Así que se lo propuso: “Una gran parte de mi motivación fue encajar con el equipo y conseguir que esa chica cenara conmigo. […] Literalmente, me tomó 7 meses”.
Hasta que un día recibió un mensaje de texto, que decía: “¡Ella está aquí en el bar tomando algo con su hermana! ¡No está trabajando!”. Se fue para el hotel y le dijo: “Al fin tienes tiempo para cenar conmigo”.
Ella aceptó. Cuenta Rakitic: “Seis años después, y ahora con dos hijas preciosas. Eso fue lo más difícil que he hecho en mi vida. Fue más duro que ganar la Liga de Campeones… y casi la misma duración”.
“Cuando conocí a mi esposa, sentí que tenía una verdadera razón por la cual jugar, y desde entonces, mi carrera subió a otro nivel. Tuvimos muchos años especiales en Sevilla. Fui nombrado el primer capitán extranjero desde que lo fuera Maradona. ¡Fue un honor tan especial para mí!”, agrega.
El futbolista completa su historia con algunos datos de sus inicios en el fútbol y los cambios que le representó jugar para el Barcelona en el 2014.
“Como futbolista, claro que quieres ganar partidos y títulos. Pero ser parte de este club es algo distinto. Con todo respeto a los otros clubs grandes, pero con el Barça, creo que hay un sentimiento especial con la gente de la ciudad, y la del mundo”, enfatizó.
También hablo del 10 del club catalán: “Como el mediapunta, tengo la bendición de jugar con los mejores delanteros del mundo. Con Messi, por ejemplo, todo el mundo puede ver su genio en los partidos. Pero eso lo tienes que multiplicar por 20 o 50 por lo que hace durante los entrenamientos. Es un placer para mí, solo como aficionado del fútbol puro, tener la oportunidad de jugar cada día con él”.
“Pero no es solamente él. Fue también Neymar y Xavi, y ahora Suarez, Iniesta, Pique”, resaltó.
Por último contó que su familia sigue exigiéndole un mayor esfuerzo: “Nuestra hija mayor ahora tiene 4 años. […] Si estoy en casa mirando un partido por televisión, y alguien marca, ella se enfada mucho. Dice: “¡No! ¡Tú debes de marcar el gol!”.
“No le importa si es Messi o Suárez. No. No es bastante. Tiene que ser papi el que marca. No puede asistir, ha de marcar. Así que tengo que seguir esforzándome… Tendré que hablar con Leo sobre este tema…”, concluye.
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