El goleador histórico de Atlético Nacional, un técnico campeón de Copa Libertadores y dos capitanes del Medellín, recordaron lo que sentían cuando iban a enfrentar al rival de patio, en la previa de lo que será el clásico paisa de este sábado en el Atanasio, desde las 6:20 p. m.

Víctor Aristizábal marcó 208 goles con la casaca verde, es el goleador histórico del club, además el máximo artillero de los duelos ante el DIM, con 19 tantos. Todavía se emociona cuando se refiere a este partido y lo que significaba para él jugarlo: “Es un partido en el que se disfruta todo, la tradición deportiva de la ciudad, el saber que el estadio estaba lleno con las dos hinchadas”.

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Añade, que ese partido era un asunto curioso, porque la mayoría de sus familiares eran hinchas del Medellín. “Se volvió tradición apostar un almuerzo, una comida, sobre todo con la familia Posada por parte de mi madre, porque ellos sí eran hinchas de Nacional. Era una rivalidad que disfrutaba mucho, muy sana”.

Aristigol recuerda que cuando ganaba llegaba feliz a la casa. “Les sacaba en cara el triunfo a mis tíos o a mis vecinos. Era algo que me motivaba y por lo disfrutaba al 100 %”.

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Para Pacho era especial

Francisco Maturana, el técnico campeón con Nacional de la Copa Libertadores de 1989, dice que le ha tocado vivir los clásicos desde diferentes facetas. “La primera vez que asistí a un estadio fue cuando mi papá me llevó de niño, precisamente a un clásico y recuerdo que cuando salió el DIM la pólvora y el griterío me asustaron. En cambio, cuando salió Nacional, fueron serpentinas y aplausos, y eso hizo que me volviera hincha verde”.

Después, la vida llevaría a Maturana a vestir la camiseta del club de sus amores, como jugador. “Un clásico era como un día de fiesta para nosotros. Se jugaba no solo en el estadio, sino también en los salones de clase, en la cuadra, pero siempre desde el respeto. Había la alegría de aceptar cuando se ganaba, y la gallardía de respetar cuando se perdía”.

Asegura que él traía todo ese mensaje desde su barrio en la comuna 13 y sabía que era algo extraordinario para la gente. “Jugábamos por el orgullo, pero todo quedaba en lo deportivo: alegría en el ganador, preocupación en el perdedor. Y la amistad seguía intacta”.

Confiesa que cuando fue entrenador del club verde lo vivía muy parecido: “El mismo perfume, sabía lo que representaba para la afición; sin los hinchas no tiene sentido el fútbol. Yo trataba de transmitir ese sentimiento a los jugadores y después cada uno hacía de este partido algo especial. Nosotros no queríamos que Medellín nos ganara nunca, pero después sí queríamos que le ganara a cualquier otro equipo porque le teníamos cariño y respeto”.

Rivalidad maravillosa

Óscar Pareja, hoy técnico del Orlando City de EE. UU., será recordado por su elegancia en la cancha, su liderazgo y su capitanía en el Poderoso. Recuerda que los clásicos eran lo más grande que podía jugar en su época: “Esa rivalidad maravillosa, la pasión de las hinchadas. El saber que teníamos que defender los colores del Medellín era una responsabilidad máxima y significaba un partido de otro calibre”.

Admite que todavía lo disfruta, pero como aficionado. “No cambia mucho el sentimiento. Es la pasión de un equipo, una ciudad y mucho más contra su rival de patio. Dicta mucho el humor de las personas después del partido. Es un compromiso de mucha importancia, tradición y pasión de nuestro pueblo”.

Una semana diferente

Mientras que Mao Molina, quien le marcó varios goles de extraordinaria factura a Nacional con su zurda mágica, esa con la que el mismo brasileño Neymar reconoce que le enseñó a cobrar tiros libres, indica que lo que más le gustaba del clásico eran dos cosas.

“La semana previa porque se entrenaba distinto y se sentía un ambiente diferente. Cuando caminabas en la calle los hinchas te hacían sentir lo especial que era este juego, las ganas que tenían de ganarlo y eso era una motivación extra. Después, me encantaba el marco del estadio, lo lindo que se ponen las tribunas. Cuando era niño, la mezcla de colores rojo y verde en todo el estadio y la gente integrada en las tribunas sin importar de qué equipo era hincha”.

Mao lamenta que eso se haya perdido. “Se fueron dividiendo las hinchadas, los rojos tirando un poco más para la tribuna norte, y los verdes hacia sur”.

Aunque resalta la llegada al espectáculo de las barras. “Primero estaban en oriental y luego fueron migrando a norte y sur, obviamente las más representativas y numerosas de cada uno de los clubes”

Además, en lo deportivo Mao destaca la intensidad y las ganas con las que se juegan estos partidos, “le ponen un picante diferente”.

Ahora, con otros protagonistas, pero con la misma pasión, la ciudad se prepara para un nuevo clásico paisa.

Programación de la fecha de clásicos

Viernes

Águilas-Envigado 8:10 p. m.

Sábado

O. Caldas-Pereira 2:00 p. m.

Petrolera-B/manga 4:10 p. m.

Nacional-Medellín 6:20 p. m.

Tolima-Huila 8:30 p.  m.

Domingo

Magdalena-Junior 3:15 p. m.

Cali-América 5:30 p. m.

Santa Fe-Millonarios 7:45 p. m.

Lunes 27

Jaguares-Pasto 8:05 p. m.

Martes 28

Chicó-Equidad 7:15 p. m.