Dicho confort o acostumbramiento a la seguridad del encierro, y su inherente temor de regresar a la vida antes del coronavirus, se conoce como ‘síndrome o fiebre de la cabaña’, explica la doctora australiana Jennifer Boddy en el portal de la Universidad de Griffith.

La experta advierte que luego de un confinamiento de más de un mes, se podría presentar una oleada del síndrome de la cabaña en los diferentes países: “Ese temor se puede manifestar en sensaciones de aburrimiento, frustración, soledad, ansiedad, depresión e ira”, explica en el medio.

Paciente

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Otra de las consecuencias de la fiebre de la cabaña, según la médica australiana, es que la persona pierde cierta habilidad para controlar sus acciones y tomar decisiones en la vida cotidiana, lo que afecta directamente su autonomía al momento de regresar a la vida ‘normal’, como ir a la oficina o usar transporte público.

El Mundo de España aclara que el síndrome de la cabaña no es una condición médica clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la American Psyquiatric Association (APA), pero sí es un término que se utiliza para describir ciertos cambios en el comportamiento o ánimo de las personas ocasionados por el confinamiento.

El síndrome, complementa el diario ibérico, fue detectado originalmente en Estados Unidos, en 1.900, cuando cazadores y buscadores de oro pasaban periodos prolongados en sus cabañas: “El aislamiento les producía desconfianza y, a su vez, una negativa a volver a la civilización”, señala el medio.

Esta situación se ha detectado, según El Mundo, en adultos mayores y personas con personalidades hipocondriacas o ansiosas.

“Es cuando experimentamos miedo a salir a la calle. Miedo a contactar con otras personas fuera de las paredes de nuestra casa, temor a realizar actividades que antes eran cotidianas, como trabajar fuera de casa, tomar medios de transporte público o relacionarnos con otras personas conocidas”, explica el portal especializado español Itae Psicología.

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Y añade: “No se trata de un trastorno sicológico; más bien hablamos de una consecuencia conocida, o incluso podría verse como ‘natural’, al hecho de pasar tanto tiempo confinados”.

Los expertos del portal sugieren a las personas que comiencen a salir a la calle de manera gradual, para que se vayan acostumbrando de nuevo a estar fuera de la protección del hogar.

No obstante, Itae Psicología recuerda que las cosas no serán iguales en la calle a como eran antes del confinamiento por la pandemia, y por ende recomienda seguir las normas de bioseguridad estipuladas por las autoridades, como el uso permanente de tapabocas, el distanciamiento social y el estricto lavado de las manos.

El portal concluye con un consejo para quienes deben regresar a sus tareas habituales fuera de casa y no saben cómo superarlo:

“Es normal tener miedo, como también es normal querer superarlo. Si sientes que te genera malestar la idea de salir al exterior, es importante buscar ayuda (profesional)”.

Un artículo de la revista Time habla de la sensación de soledad que sufren algunas personas que han estado varias semanas en confinamiento y destaca el caso de una mujer recién divorciada, cuyo sentimiento de desamparo se incrementa cuando mira por la ventana y ve que sus vecinos se reúnen en familia a jugar, hacer asados en sus jardines e incluso cuando sacan a pasear al perro.