Comprar ropa, alistar los regalos, elaborar los mejores platillos, entre otras actividades que se hacen por tradición en diciembre, se vuelve todo un desafío. Infortunadamente desde noviembre la gente empieza a sentir una fuerte presión por el fin de año, haciendo presencia la angustia que causan los múltiples gastos. No se puede caer simplemente en el consumismo que genera preocupación, dejando de lado el significado primordial que es pensar en pasarla bien con los recursos existentes, porque en realidad no vale la pena ostentar tanto si en nuestro interior no nos encontramos contentos.

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Culturalmente nos han enseñado desde niños que diciembre es el mes de la alegría y la parranda, pero se nos ha olvidado que la alegría debe de nacer de nosotros mismos y tiene que brotar de nuestro corazón para sacarla al exterior, jamás debe de ser al revés. No se puede confundir el verdadero sentido de estas fechas especiales que se asocian directamente a la época de aprovechar los reencuentros, la unión, la reconciliación, el regocijo, la reflexión y, sobre todo, la paz interior que reflejamos con los demás.

Pese a que la mayoría de personas considera que diciembre es un mes divertido, hay otros que lo viven de forma distinta, con desconsuelo, tristeza, nostalgia, frustración, depresión, estrés y ansiedad, sentimientos que están muy asociados a las experiencias negativas que vivieron en 2022. Por tal motivo, es importante cambiar la perspectiva de lo sucedido sacando de lo negativo los aspectos positivos. Aprovechemos este tiempo para reflexionar sobre nuestros actos teniendo el firme propósito de dar un giro de 180 grados a nuestros pensamientos y conductas.

Todo cambia de sentido en el momento en el que aceptamos nuestros propios errores, porque son 365 días donde tuvimos el reto de enfrentar dificultades que nos hicieron mucho más fuertes, pero también pasaron cosas que nos hicieron felices. Hay que valorar todo desde el punto de vista del agradecimiento, si se hace así, nuestra mirada se enfoca en disfrutar de lo que tenemos y no en lo que nos falta. Indudablemente seguir en la queja por lo que no existe o por lo que se fue, no es nada más que un acto que contribuye a continuar en lo mismo.

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Aproveche la época navideña para hacer un proceso de introspección que tenga como meta principal aprender a ser feliz. Recuerde siempre que la felicidad no depende de nadie que esté alrededor, solo usted es responsable de hacer de sus días una fiesta. Disfrute con sus seres queridos; abrácelos,  comparta con ellos y valórelos porque hoy están usted, pero mañana no sabemos.

Recomendaciones para pasar bien en diciembre

  • No se exceda en gastos.
  • Manifieste el cariño con sus seres queridos.
  • Comparta su amor y generosidad con las personas que se encuentren en necesidad.
  • Decore su entorno.
  • No se exceda en el consumo de comida y alcohol.
  • Reconozca todo lo bueno que le pasó en el año y agradezca.
  • Empiece a sacarle lo positivo a lo negativo que le sucedió.
  • Perdónese y perdone a aquellas personas que le causaron dolor.
  • Evite las confrontaciones y conflictos.
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  • Haga una lista de deseos y metas para el próximo año.
  • Fomente la unión familiar.
  • Realice actividad física.
  • Genere actividades lúdicas en las fechas especiales.
  • Ponga en práctica la meditación.
  • Reconozca sus fallas humanas y transfórmelas mejorando la actitud.