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Una noticia estremecedora ha sacudido la comunidad de las redes sociales y el ámbito de las celebridades: Soraya Riffy, una reconocida ‘influencer’, modelo y atleta, quien ostenta la impresionante cifra de un millón de seguidores, fue víctima de un violento y traumático robo en su propia residencia ubicada en Marsella, Francia.
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El brutal asalto dejó a Riffy con severas heridas físicas, incluyendo múltiples fracturas en el rostro y extensos cortes en el cuerpo, además de la desgarradora denuncia de haber sido amenazada con armas, rociada con lejía y, presuntamente, abusada mientras se encontraba inconsciente.
Los hechos, detallados en un comunicado oficial emitido por sus abogados y difundido a través de las plataformas sociales de Soraya Riffy, revelan una escena de horror. Varias personas lograron acceder a su hogar con la falsa pretensión de ser vecinos. Una vez dentro, lo que siguió fue un calvario que se extendió por “largas horas“.
Durante este prolongado período de terror, la ‘influencer’ fue brutalmente golpeada, atada, y sometida a amenazas constantes con armas de fuego y cuchillos. La vejación escaló a un nivel aún más perturbador cuando los agresores la rociaron con lejía, una sustancia química cáustica que puede causar graves quemaduras y lesiones.
La magnitud de la agresión física es alarmante. Los informes de los médicos de urgencia que la atendieron confirman que Soraya Riffy sufrió decenas de lesiones graves, entre las que destacan fracturas faciales y múltiples cortes que cubrían todo su cuerpo.
La violencia de los golpes fue tan contundente que la Sra. Riffy perdió el conocimiento. Es en este estado de vulnerabilidad extrema donde surge la más grave de las sospechas: sus abogados y la propia influencer sospechan, con profundo dolor, que fue víctima de violación durante el tiempo en que estuvo inconsciente. Esta acusación añade una capa de depravación al ya espantoso incidente, elevando la indignación pública y la demanda de justicia.
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Lo que agrava aún más este caso es la revelación de que Soraya Riffy no era ajena a las amenazas. Sus abogados han confirmado que la ‘influencer’ ya había sido objeto de intimidaciones previas y había alertado a las autoridades sobre estas situaciones. Este hecho plantea serias interrogantes sobre la efectividad de las medidas de protección y la respuesta a las denuncias ciudadanas. A pesar de haber tomado las precauciones necesarias al informar a las autoridades, la agresión se consumó, dejando a Soraya en un estado de “particular sorpresa y traumatismo”.
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En respuesta a esta “barbarie“, los representantes legales de Soraya Riffy han emitido una enérgica condena y han hecho un llamado categórico a la justicia. Exigen que las autoridades “finalmente asuman las responsabilidades de identificar, detener y juzgar a estos criminales“. La demanda no solo busca reparación para Soraya, sino también sentar un precedente para la seguridad de todas las personas, especialmente aquellas con un alto perfil público que a menudo se ven expuestas a riesgos.
La comunidad global de internet ha manifestado un inmenso apoyo y solidaridad hacia Soraya Riffy, esperando con vehemencia que se haga justicia. Este trágico suceso no solo destaca la fragilidad de la seguridad personal en los propios hogares, sino que también subraya la imperiosa necesidad de que las autoridades actúen con celeridad y determinación frente a la violencia. La investigación de este execrable crimen continúa, con la firme esperanza de que los responsables sean prontamente identificados y enfrenten todo el peso de la ley, permitiendo a Soraya Riffy comenzar su arduo proceso de recuperación integral.
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