Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Gustavo Arbelaez   Jun 8, 2024 - 8:20 am
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A sus 51 años, la profesora María Claudia Agudelo jamás imaginó que un día ordinario de trabajo se terminaría convirtiendo en una oportunidad para volver a ser quinceañera y celebrar la fiesta que siempre anheló en su adolescencia.

Rodeada por todos sus estudiantes, colegas y hasta su propia familia, esta docente de la vereda Uvital, ubicada en la orilla de la antigua Autopista Medellín – Bogotá a la altura del municipio de Nariño, fue la protagonista de unos quinces sorpresa que han causado furor en el Oriente antioqueño.

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Pese a tener fama de estricta y seria, Claudia confiesa sin vergüenza que la sorpresa de sus estudiantes por primera vez la hizo romper en lágrimas de felicidad en plena aula de clase, tras más de 17 años adelante del tablero. “Valió la pena la espera para tener unos quinces”, dice.

Sin siquiera sospecharlo, la idea de la celebración comenzó a germinar en la cabeza de sus estudiantes luego de que durante una clase desprevenidamente les contara que al nacer en un hogar de bajos recursos no había podido tener una fiesta de quince años.

Hija de una madre soltera, Claudia recuerda vivir en Nariño desde sus primeros pasos, en donde no solo se crio sino que cultivó su vocación por la docencia.

“En una ocasión, por azares del destino, un amigo me dijo ‘Claudia, acompáñeme a una vereda que voy a dar una clase’. En ese tiempo el orden público estaba muy alterado, la guerrilla estaba casi que apoderada del municipio, pero mi mamá me dejó ir. Estando allá el amigo me dijo ‘Claudia, deles clase un ratico’. Yo le respondía que no sabía y él me decía que les cantara una canción. Entré al salón y estuve un rato allá. Cuando ya me regresé por esos días hubo una convocatoria, me presenté y pasé. Desde eso que estoy en este cuento y cada día siento que me apasiona más”, señala.

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El día señalado para la sorpresa fue el pasado miércoles 29 de mayo, el día del cumpleaños de Claudia.

Desde primeras horas de la mañana, hasta las encargadas del aseo se madrugaron para ir a la sede principal del centro educativo rural Uvital, ubicado a unos 11 kilómetros del casco urbano de Nariño, a limpiar los salones, en los que estudian 60 estudiantes de preescolar a undécimo.

Pese a que la jornada inició con normalidad, Claudia cuenta que empezó a notar las cosas raras luego de salir de una reunión de profesores hacia las 10:00 de la mañana, cuando de regreso a su salón empezó a ver las demás aulas vacías y algunos estudiantes con cara de “malicia”.

Tras cruzar la puerta de su salón, se topó con todos los estudiantes del colegio reunidos para sorprenderla, con una fiesta de quinces.

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“Estando ahí todo mundo miraba para la puerta, cuando aparecieron mi hijo y mi esposo de sorpresa. Casi me muero. Ahí empezó el alboroto y ya todo el mundo corría. Me entretuvieron con mi esposo y mi hijo en uno de los salones, mientras ellos se fueron a hacer todo el montaje”, reconstruye.

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Tal como quedó registrado en videos, que le dieron la vuelta a la región tras ser publicados días después por medios locales como Actualidad Oriente, la celebración estuvo llena de bombas rosadas, un letrero de Feliz Cumpleaños con el número quince grande, torta, pupitres cubiertos de manteles y una selección musical que arrancó con Las Mañanitas de Vicente Fernández.

Bailaron el vals conmigo. Hubo torta, dulces, regalos, piñata y hasta me metieron la cabeza en la torta. Eso fue una cosa muy hermosa”, cuenta.

“Ellos saben que yo soy muy estricta, que no lloro, y decían ‘Hicimos llorar a la profe’, porque de verdad yo no fui capaz. Fue algo muy hermoso, saber que en el fondo sí les he llegado y que me tienen ese aprecio tan lindo. No hay día que yo no coja mi moto, mi transporte, mi carro, lo que sea y no me vaya a feliz para encontrarlos”, añade.

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