Orozco, de 18 años y en segundo semestre de esa carrera, le contó al diario El Heraldo que por la cuarentena decretada a nivel nacional para frenar la propagación del coronavirus tuvo que volver a su casa en el corregimiento de San Basilio, municipio de El Piñón (Magdalena).

“Por motivos económicos no me pude mantener en Santa Marta y me regresé a mi pueblo. Acá no tengo acceso a Internet de buena calidad, el que tengo nutre al pueblo y no llega a todas partes y me toca hacer maravillas para poder trabajar con él”, expresó el joven a ese medio.

La maravilla a las que se refiere Gutiérrez Orozco es subirse a lo más alto de un árbol que está plantado en el patio de su casa, donde el celular alcanza a conectarse a la red Wifi del municipio, para así no perderse las clases virtuales.

Desde allí, el juicioso joven toma sus lecciones a pesar de la adversidad que se le presentó, en medio de la pandemia por el COVID-19.

De acuerdo con El Heraldo, fue un profesor de Tomás el que se dio cuenta de la situación y quiso darla como ejemplo en sus redes sociales.

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“Estábamos en una clase virtual y cuando le tocó su participación en el foro, le pregunté que qué le pasaba. Me contó que estaba ‘trepado’ en un árbol de su patio con el celular prestado de una prima y que le tocaba hacerlo para poder tener señal”, escribió en su Facebook el docente Uvaldo Mercado.

“Tomás es un héroe en esta adversidad y lo felicito por querer seguir adelante en este aprendizaje virtual. Estoy tocando puertas en Bienestar Universitario para tratar de entregarle un beneficio”, agregó el profesor de la Universidad de Magdalena.

Por último, Tomás Gutiérrez Orozco agredeció, por medio del diario barranquillero, a primos, vecinos y profesores en su pueblo natal que le han prestado celulares con datos y computadores para que pueda hacer sus trabajos universitarios.

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Dicen que los obstáculos son necesarios para el éxito. Quizás por eso Tomás Gutiérrez no duda en enfrentarlos 💪. Este joven de 18 años, estudiante de ingeniería de sistemas en @unimagdalena y oriundo del corregimiento de San Basilio, municipio de El Piñón, le toca hacer hasta lo inimaginable para cumplir con sus clases virtuales.👏 “Por motivos económicos no me pude mantener en Santa Marta y me regresé a mi pueblo. Acá no tengo acceso a internet de buena calidad, el que tengo nutre al pueblo y no llega a todas partes y me toca hacer maravillas para poder trabajar con él”, le contó a EL HERALDO, justamente haciendo "maravillas" en el patio de su casa para que no se perdiera la señal de la llamada. Lea la historia completa en www.elheraldo.co #Coronavirus #Pandemia #Educación #WasapeaAELHERALDO

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