La mujer, nacida en Baysville, bromeó sobre su familia y su propia muerte, por lo que varios internautas lo compartieron hasta viralizarlo.

El mensaje comienza diciendo que Sybil dejaba atrás a su “amado esposo, Ron Hicks”, a quien ella usualmente se refería “de forma afectuosa como ‘horse’s ass'” (algo así como estúpido o incompetente).

Ella continuó la misiva hablando de sus sucesores:

“También dejo atrás a mis hijos, a quienes soporté durante varios años: Bob (con su esposa Carol), mi hijo mayor y favorito; Brian (con su esposa Ginette), quien era un fanático de las galletas Oreo; Brenda, ‘Hazel’, quien siempre corría a limpiar los baños cuando le avisábamos que iríamos a visitarla”.

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Sybil añadió que su hija Barbara, “la señorita perfecta”, y su “bebé Bruce” también se quedarían en la Tierra. Sobre su último hijo, ella manifestó que él “no comía sopa de pavo hecha en casa porque no quería ponerse a sacar los huesos del plato”.

Después de mencionar a cada uno de sus 13 nietos y de extender sus deseos de que se conviertan “en las increíbles personas que están destinadas a ser”, la abuela hizo un recorrido de su vida y al final le sacó un chiste a su muerte:

“Por fin tengo el ardiente cuerpo que siempre quise… después de que me cremaran”.

Este es el gracioso obituario: