Este país merece mejores personas. Cómo vamos a cambiar si no respetamos; si no toleramos; si no sonreímos; si no agradecemos; si no escuchamos; si no votamos.

Ese egoísmo es lo que debe morir en nuestro país. El ‘primero YO, segundo YO, y tercero YO’, nunca será constructivo, por el contrario: destruirá relaciones y aislará a las personas, rodeándolas de sus iguales en unas burbujas de pobres ideales.

Si pensáramos en el bien común, evitaríamos algunos trancones, porque no pasaríamos la intersección si no cabemos al otro lado; disminuirían robos, porque valoraríamos el esfuerzo que hizo una persona por comprarse el último celular; no habría corrupción, porque el político no querría ser político para ser rico sino pensando en lo que más le conviene a la ciudadanía.

Entonces, no nos digamos mentiras, ni echemos culpas a otros: nosotros somos los ÚNICOS que podemos cambiar este país.

Para nadie es un secreto que Colombia está llena de problemáticas; la pobreza, la inseguridad, el narcotráfico, las guerrillas, la deseducación. Pero aún con esos males, esta tierra está llena de buenas personas, soy de los que así lo cree.

Soy de los que cree que un buenos días, un gracias o una simple sonrisa puede cambiar el día de otra persona, los detalles son la clave de la transformación. Y en Colombia estamos llenos de ellos.

Cambiemos los odios por sonrisas y las disputas por consensos; eso lo iniciamos nosotros, no los políticos. La transformación social empieza en casa, en el colegio, en la universidad, en el trabajo, en el voto, en nosotros. Llénese de ganas y dele una oportunidad a Colombia… porque lo merece.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.