Los miembros sobresalieron por ser mecenas, patrocinando a artistas y científicos de su época. Una visión romantizada de una familia que realmente no estuvo compuesta por mansas palomas y cuya magnificencia estuvo atravesada por actitudes déspotas y tiranas, no desprovistas de intereses personales. 

El libro que hoy reseño se titula ‘La Conspiración Medici’ (Planeta Internacional, 2021), y su autora es la italiana Bárbara Frale, una novela negra histórica. La llamada Conspiración de los Pazzi – que es la que justamente recrea la escritora en este libro – aconteció el 26 de abril de 1478 en Florencia como parte del enfrentamiento entre las familias Pazzi y los Medici por el poder de la ciudad. 

Rivales de los Medici, los Pazzi estuvieron involucrados en una conspiración para matarlos y reemplazar a Lorenzo, conocido como “El Magnífico” por Girolamo Riario, un sobrino del papa Sixto IV, enemigo declarado de los Medici. Los Pazzi, junto con los Salviati – banqueros papales en Florencia que trasladaron de las cuentas de los Medici gran parte de las cuentas bancarias papales al banco de los Pazzi, fueron el centro de los conspiradores florentinos. 

Desde el principio del libro sabemos que el golpe de estado fracasó – resultó muerto Giuliano, apodado en ese entonces “el chico de oro”, hermano menor de Lorenzo, “El Magnífico”, aunque gravemente herido, logró sobrevivir, y sabemos que los enardecidos florentinos atraparon y mataron a los conspiradores.

La serie de los Médici en Netflix contó con la asesoría de Bárbara Frale, y la conspiración, que tuvo lugar en la Catedral de Santa María del Fiore mientras el cardenal Rafaello Riario – hermano de Girolamo – oficiaba la misa dominical, la podemos encontrar en la segunda parte de la serie, obviamente con algunas licencias propias del formato serial.

El libro es realmente alucinante. La prosa ágil de Frale, así como las descripciones precisas del entorno social y económico de la época, los diálogos ágiles y la aparición de personajes y lugares que hemos visto cientos de veces en la cinematografía y el arte mundial, nos hacen no querer abandonar la lectura de un libro trepidante, escrito con la estructura de una novela negra.

Atraviesa la trama la figura de Simonetta Vespucci y su alter ego, musa de Boticelli, modelo de perfección y belleza femenina de la época. Simonetta muere prematuramente, casualmente un 26 de abril también – coincide con el día de la conspiración, pero ella muere dos años antes del asesinato de Giuliano, sumiendo a toda Florencia en una sobrecogedora tristeza, dada la juventud y belleza de la difunta. La aparición de su alter ego desatará un amor enloquecido en Giuliano.

La entrada en escena de Boticelli y sus pinturas (leyendo el libro no podemos dejar de ceder a la tentación de ir a Google y apreciar sus cuadros), como arquitecto y hospedador de secretos, es definitivamente decisiva en el desarrollo de los acontecimientos, a pesar de lo breve de sus apariciones. Nos topamos también con la figura, un poco mágica, de Angelo Poliziano, eminente historiador y filólogo italiano que, junto con el pintor florentino, represento la edad de oro del Quatrocentto italiano; el nos revelará un secreto que marcará el desenlace de la novela. 

Una vez se termina de leer el libro, la sensación con la que se queda es que, en las grandes decisiones políticas, puede haber siempre un elemento desconocido, una motivación – siempre de carácter oscuro y personal – que puede desenmascarar las peores pasiones del ser humano.

Barbara Frale, (Viterbo, Italia, 1970) es una paleógrafa italiana, licenciada en Conservación del Patrimonio Cultural en Italia de la Universidad de Tuscia-Viterbo. Su tesis en historia medieval, que comprende el estudio de aproximadamente 7,000 documentos notariales del siglo XIV, fue publicada en 1995 por la editorial Vecchiarelli de Manziana y fue ganadora del premio “Costantino Pavan”, ciudad de San Donà di Piave. Frale obtuvo el Doctorado en “Historia de la Sociedad Europea” en la Universidad de Venecia Ca’ Foscari. También en 2000 obtuvo una beca del Instituto Germánico Histórico en Roma (Deutsches Historisches Institut in Rom). En septiembre de 2001, encontró una copia auténtica del pergamino Chinon (el documento contiene la absolución impartida por Clemente V al último Gran Maestre del Templo, Jacques de Molay, y a los demás jefes de la Orden, documento que nunca vio la luz pública pues en todo caso fueron condenados, bajo instrucciones del rey Felipe El Hermoso, sellando así el final de la orden templaria). Desde octubre de 2001 trabaja como paleógrafa en los archivos secretos del Vaticano. 

Todos estos datos van para quienes se animen a leerla y que tengan claro que la autora es una académica de primer nivel que, sin embargo, es capaz de novelar magistralmente eventos históricos y hacerlos accesibles al público en general, con divertimento y gracia, tal como lo ha hecho ya con la historia de los templarios y la Sábana Santa de Turín, libro que recibió el Premio Nacional de Cultura “Foemina d’oro” de la Asociación Cultural “La vecchia Lizza” de Marina di Carrara en 2009.

Hay varios eventos, algunos esbozados en la novela, que es necesario conocer para cerrar la historia aclarando, por supuesto, que el misterio y motivación de la conspiración en nada se revela con esta reseña: después de la conspiración, Francisco de Pazzi fue empujado por una ventana, linchado por la muchedumbre, arrastrado desnudo a través de las calles y arrojado al río que atraviesa Florencia, el Arno. A la familia Pazzi se le despojó de sus propiedades en Florencia y se la aplicó la damnatio (destrucción de todo vestigio de su nombre). El arzobispo Salviati fue ahorcado en los muros del Palacio de la Señoría (actual Palazzo Vecchio). Otro de los conspiradores, Bernardo Bandini intentó huir a Turquía, pero fue capturado y ahorcado en 1479. Un libro que nos aleja de la pandemia y nos sumerge en un mundo deliciosamente renacentista, de la mano de una de las mejores plumas del género de la novela histórica en la actualidad.

P.D. La XX Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Cultura de Iberoamérica, realizada en 2019, declaró el 2021 como el Año Iberoamericano de Bibliotecas, una oportunidad para reflexionar sobre su vigencia – en todos sus formatos (públicas, privadas, digitales, físicas, urbanas, rurales, escolares, universitarias, etc.), la importancia de su papel en la efectividad de los derechos culturales, en la recuperación y divulgación del patrimonio cultural y su capacidad para hacer presencia, establecer diálogos y llegar a distintas poblaciones, su capacidad de adaptación, y finalmente, en la oportunidad para repensarlas desde los desafíos posteriores a la pandemia.

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