Los barras bravas, esos idiotas que se creen dueños del fútbol, volvieron a hacer de las suyas. Unos intentaron meterse a una tribuna llena de familias, otras cruzaron la cancha para generar más violencia y todo por la misma estupidez de siempre, el color de la camiseta.

Estos personajes hacen mucho más daño que bien al fútbol, son hace años el cáncer de este deporte y, lastimosamente, no parece tener solución. Por esa razón, y ya cansado de verlos haciendo lo mismo año tras año sin ninguna repercusión, acá les cuento cinco razones por las que los detesto y espero llegue rápido el día en que podamos ir al estadio y no cruzarnos con ellos.

  1. Detesto que por su culpa las familias y personas que le hacen bien al fútbol se hayan alejado de los estadios. Seguro todos conocemos a alguien que en algún momento dejó de ir a la cancha porque “da miedo”. Llenaron de terror las graderías y los alrededores del estadio; más que disfrutar, ahora ver fútbol en vivo se volvió un acto de riesgo y todo es culpa de ellos.
  2. Detesto que crean que el color de una camiseta es razón suficiente como para matar. Es evidente que su cabeza es pequeña y que no tienen nada más en la vida y por eso consideran que un equipo vale más que la vida. Ellos no ven que el fútbol es un espectáculo, uno hermoso que nos llena de pasión, pero un espectáculo y ya. La vida vale mucho más que una camiseta de fútbol y ellos no lo entienden.
  3. Detesto que no vean más allá de sus narices y no entiendan que su violencia lo único que logra es hacerle daño al equipo que tanto dicen amar. Cierran estadios, imponen multas y espantan a hinchas que generan ingresos a los clubes, en resumen hacen daño, daño y más daño. ¿Cuántos castigos se habrían ahorrados los clubes en Colombia si estas barras se comportaran como seres humanos?
  4. Detesto que no se responsabilicen por la violencia que generan dentro y fuera de los estadios. Parecen niños chiquitos en un colegio culpando siempre a otros. “No generamos violencia, simplemente pasa”, “Ud no estaba ahí, entonces no nos culpe” y muchas otras disculpas ridículas suelen decir cuando matan, pelean y roban. Lo de ellos es puro bla bla bla…
  5. Odio que estos delincuentes se crean dueños de los clubes y los estadios. Según ellos, tienen el derecho de presionar a jugadores y directivos del club que dicen amar, tienen derecho de decidir quién entra y quién no entra a una cancha. Ellos son hinchas, nada más. No son dueños de nada ni de nadie como para querer imponer condiciones dentro y fuera del estadio.

Listo, me desahogué. Amo mucho el fútbol y por eso me duele tanto lo que estos delincuentes le hacen a este deporte. ¿Están de acuerdo conmigo en este listado? ¿Me falta o me sobra algo? ¿Qué opinan ustedes de esos delincuentes?

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*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.