Me gusta el fútbol, mucho. He tenido la fortuna de ver a la Selección Colombia en dos mundiales y en la Copa América de 2001, cuando se coronó campeona. Además, cuando se podía, iba con frecuencia a diferentes ciudades para ver jugar a mi equipo. Gran parte de mi biblioteca está dedicada a este hermoso deporte, cosa de la que me siento muy orgulloso. Es decir, soy futbolero a morir y vivo feliz siéndolo. Sin embargo, no soy estúpido e insisto, no es momento para hacer la Copa América en Colombia.

Una problemática social que parece no tener final a corto plazo, una ola de violencia infinita que cubre las principales ciudades del país y una pandemia cuyas cifras de muertos e infectados no paran de crecer, son las principales razones para considerar absurda la idea de ser organizadores de semejante evento.

Comencemos por la problemática social. Desde el 28 de abril, día en que comenzó el paro nacional, en Colombia se destapó una olla a presión que se había cerrado en noviembre de 2019 y que no paraba de acumular problemas. Con la reforma tributaria en la mira, miles salieron a las calles para protestar y dejar claro que la pobreza y la falta de oportunidades tenían en jaque a la mayoría del país. Este paro nacional, que comenzó como una protesta pacífica, mutó en una ola de violencia que hace años no se veía en las principales ciudades del país.

Bogotá, Cali, Pereira, Medellín y demás capitales han sido escenario de aterradoras imágenes de vandalismo, saqueos y violencia de parte de las fuerzas armadas del Estado. Las redes sociales se han llenado de videos que dejan claro que la olla no aguantó más y el orden que suele regir a la sociedad está tambaleando. Civiles asesinados con armas de fuego, policías quemados y decenas de saqueos a comercios son el nuevo día a día de los colombianos.

Por último, como pasa o pasó en todo el mundo, el coronavirus también frenó en seco a Colombia. Con más de 450 muertos diarios, la situación de la salud es alarmante. Las principales ciudades están en alerta por la falta de camas UCI y respiradores. Todo esto, sin contar el lento proceso de vacunación que hace ver muy lejana la famosa inmunidad de rebaño.

Así las cosas, es obvio que en este momento el fútbol no es una prioridad ni para Colombia ni para los colombianos. Con tan solo mirar la actualidad de la liga nacional y la de los clubes colombianos en torneos sudamericanos, que han tenido que aplazar partidos en varias ocasiones y tienen dificultades para encontrar sedes, tenemos argumentos de sobra para asegurar que no es el momento de recibir un evento como la Copa América

Ojalá el presidente Duque deje la terquedad y entienda que sí sería absurdo dedicarle tiempo y esfuerzos a algo que no es prioridad en este momento. Ser sede de este torneo sería una cortina de humo perfecta para esconder y olvidar por un rato todo lo que está pasando en el país, pero no es lo que Colombia necesita en este momento.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.